
Adrián Albino reabrió este fin de semana su restaurante, Niño Corvo, y los clientes pueden elegir entre ir a recoger la comida o que se la lleven a domicilo
05 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Con el optimismo sin fronteras del chef Adrián Albino Lamas no hay quien pueda. Hace ya tres años, con O Berbés en ruinas, él abría su restaurante, Niño Corvo, feliz en medio de la desolación. «La materia prima y la cocina que vamos a tener puede competir con las mejores. En cuanto la gente nos conozca vendrán desde donde haga falta aunque alrededor no haya nada más», decía entonces. Y no le faltó razón. Hoy, en medio de la pandemia, es de los primeros en volver a ponerse la chaquetilla.
-¿Qué tal está yendo?
-Empecé este pasado fin de semana y funcionó muy bien. Ahora ya estoy con las reservas para el que viene. Estoy cogiendo un número limitado de pedidos, entre siete u ocho al día. Tuve que adaptar la carta y varios platos, pero la reacción está siendo muy positiva.
-¿Qué tuvo que modificar?
-He añadido unos vídeos explicativos en redes sociales para que la gente interactúe y termine los platos en casa. Así estarán más ricos. El pescado sigue siendo igual de fresco y bueno. Producto de primera, siempre.
-¿Va a trabajar con el horario de antes?
-Por ahora, no. Tuve que hacer un ERTE y estoy yo solo, así que por ahora voy a atender a los clientes los jueves y viernes por la noche, los sábados mediodía y noche y domingos, noche.
-¿Cuál es el modo de funcionamiento de Niño Corvo ahora?
-La comida que hago la llevo a domicilio y se puede recoger aquí también. Eso me gusta porque así veo a los clientes habituales y puedo preguntarles qué tal están y cómo va todo.
-¿Hasta cuándo calcula que estará así?
-Una vez que se puedan abrir las terrazas voy a esperar unos diez días, más o menos, y creo que abriré con una. La mía era pequeña pero si pudiera poner unas mesas más, solucionaba bastante. Como el alcalde dijo que iba a abrir un poco la mano, si se puede arrancar, aunque sea poco a poco, ahí voy.