El confinamiento desplomó las urgencias, la desescalada las está disparando

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El Cunqueiro empezó marzo con 341 enfermos al día y lo terminó con 160; ahora ya son 70 más por jornada

08 may 2020 . Actualizado a las 21:29 h.

Las urgencias de los hospitales son una especie de termómetro sociológico del comportamiento humano. Los fines de semana acude menos gente que los laborables, cuando hay festivos las asistencias se hunden y en las noches de partidos de fútbol importantes nadie aparece por allí. Las enfermedades parecen entender el calendario humano con gran detalle. Es algo que se ha notado radicalmente durante el confinamiento, cuando las urgencias han vivido un desplome histórico -de hasta el 63 %-, y que se empieza a percibir en esta fase de desescalada, con un crecimiento constante.

Cada día de esta última semana las urgencias del Hospital Álvaro Cunqueiro atendieron a 19 personas más que en la anterior, según los datos del servicio -que no incluye las urgencias pediátricas ni las obstétricas-. Pero es que esa semana ya había tenido 13 más que la anterior, que a su vez había tenido 17 más que la previa. En resumen, hay un crecimiento sostenido que, visto en una gráfica, es similar a los peldaños de una escalera.

Pero volvamos a la semana en que empezó todo. El miércoles 4 de marzo fue diagnosticado el primer caso de coronavirus en Vigo, en un paciente que llevaba ingresado desde el día 1. En aquel momento todo transcurría con normalidad. Cada día se presentaron una media de 341 personas pidiendo una atención urgente, aunque el domingo 8 se registraban 245, una cifra inusitadamente baja.

En la segunda semana de marzo empiezan a aparecer los temores. Ocurre de todo. El martes, Madrid suspende las clases. El jueves, Feijoo anuncia que en Galicia también se van a cancelar. El viernes, Pedro Sánchez avisa de que decretará el estado de alarma y esta situación se oficializa en el BOE de la noche del sábado. El domingo 15 el país amanece en una situación inédita y en todo el día el Cunqueiro atiende a 147 personas, menos de la mitad de lo que es habitual. La semana acaba con una media de 253 pacientes cada día, 88 menos que la anterior.

Estamos a mediados de marzo. La gente está obligada a guardar cuarentena y las autoridades han avisado de que esta es una emergencia del primer nivel. Empieza a crecer el número de enfermos de covid-19 y de muertos. Los hospitales se transforman de arriba abajo y se llenan de enfermos de coronavirus. Esas dos primeras semanas del estado de alarma son los quince días con el menor número de urgencias en los cinco años de historia del Hospital Álvaro Cunqueiro. Solo hay una jornada que supere las 200 asistencias; todas las demás, por debajo. La última semana de marzo baja a 160 personas al día, 215 menos que la primera semana del mes. El domingo 29 es el mínimo absoluto: 118. Si se multiplica por tres esa cifra, no se llega a un día normal en el servicio.

El jefe de cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, Andrés Íñiguez, explicaba recientemente en La Voz que estaban atendiendo infartos en un estado más avanzado, porque la gente iba tarde. «Los primeros días notábamos que venían pacientes pasados, es decir, con apendicitis avanzada, con patología cardíaca muy evolucionada...», completa el jefe de servicio de urgencias, Ángel Pichel, «enfermos para los que normalmente tenemos otras armas, llegaban muy tarde y acababan ingresados». Esos días se ven más urgencias graves. Si normalmente solo el 15 % de los que llegan acaban ingresados en el hospital, hubo días en que se llegó al 37 %.

Cuando termina marzo, en Vigo hay un millar de enfermos de covid-19, la ciudadanía se ha acostumbrado a salir de casa solo para ir al supermercado y el Gobierno solo permite que los trabajadores de sectores esenciales acudan a su puesto de trabajo. Entonces empieza a cambiar la tendencia y se registran ligeros aumentos. Tras la Semana Santa, la tendencia se dispara. A partir del 13 de abril el Gobierno permite que vuelvan a trabajar los empleados considerados no esenciales, se habla de que el pico ha pasado y todo parece más despejado. «Empezó a aumentar la asistencia al servicio de urgencias en ese momento. Como la situación está más controlada y hay mayor libertad de movimientos, hay menos miedo», constata Pichel.

Desde entonces, la curva del coronavirus va hacia abajo y la de urgencias va hacia arriba. Puede que socialmente se esté preparando algo a lo que se ha llamado nueva normalidad, pero en lo que tiene que ver con las cifras, las urgencias vuelven a la vieja normalidad. Pichel da un dato que ejemplifica la situación: «Antes del 13 de abril teníamos dos médicos para consultas, donde se atiende la patología leve, y cada uno veía a 10 o 15 pacientes. Ahora ya tenemos a tres y cada uno ve a 20 o 25». En suma, «lo que crece es la patología leve».

Aunque no solo. Como hay gente en la calle, hay también accidentes laborales o politraumatismos. «Hay también enfermos crónicos que se descompensan y antes intentaban aguantarse, pero ahora vienen», dice el jefe. Además, las puertas de los centros de salud están cerradas.

En esta última semana, en urgencias se atendió a una media de 228 personas cada día. En la última de marzo fueron 160. Son casi 70 de diferencia. Cada día.

M.MORALEJO

Ángel Pichel: «Vamos a mantener durante meses el circuito específico para pacientes respiratorios»

Desde que empezó la crisis del coronavirus, las urgencias del Cunqueiro se partieron en dos: las personas con síntomas respiratorios van por un lado y las otras van por otro. El jefe de servicio, Ángel Pichel, explica las claves.

-¿A cuántos pacientes atienden en el circuito respiratorio?

-Al principio a unos 60 cada día. Pero bajamos. Ahora estamos en torno a 40 o 50.

-¿Son todos sospechas de covid?

-No. Todas las personas con síntomas de infección respiratoria van por ese circuito. Pueden ser covid, pero también puede ser un enfermo de EPOC o alguien con un catarro. También puede ser alguien con covid que, por ejemplo, sufre una fractura. Esta semana solo hemos tenido seis PCR positivas.

-¿Cuánto tiempo van a mantener los dos circuitos?

-Varios meses. Se sospecha que habrá una segunda ola hacia octubre o noviembre, así que lo mantendremos. No siempre con los mismos recursos humanos ni con el mismo espacio físico; seguramente será menos. Desde este mes estamos aumentando el otro circuito. Cada semana analizamos los datos. El servicio nos permite trabajar divididos en dos y aumentar y disminuir espacios.

-¿Tuvieron muchos contagios?

-Ninguno en médicos y seis entre personal de enfermería. Somos sobre 250, sin contar celadores. Lo más importante es mantener las medidas de protección.