Una vecina de Vigo acoge a una mujer con su bebé para liberarla de su agresor

VIGO

Xoán Carlos Gil

La joven denunció malos tratos y rechazaba seguir el confinamiento con el maltratador

19 abr 2020 . Actualizado a las 13:44 h.

El confinamiento es un calvario para las mujeres víctimas de malos tratos en el ámbito familiar. Convivir bajo el mismo techo con el maltratador sin poder salir agrava la situación y puede convertirse en un verdadero infierno. Una joven residente en Vigo con un bebé de poco más de un año ha logrado salir de esta pesadilla gracias a la solidaridad de otra ciudadana que, sin conocerla, decidió acogerla a ella y a su pequeño en su domicilio mientras no encuentre otro lugar.

Olivia López, empleada de hogar de 38 años y madre de tres hijos, supo del caso a través de la Federación de Vecinos Eduardo Chao, que durante la crisis sanitaria se moviliza para paliar las necesidades de la población más vulnerable. Se enteró de la situación tan dramática que atravesaba la mujer, sin familiares ni personas de apoyo en Galicia, ni tampoco un trabajo para poder tener una independencia económica. Después de sufrir agresiones físicas y psicológicas, la víctima de violencia machista rehusaba volver a su domicilio habitual.

Olivia no se lo pensó dos veces y se ofreció para acogerla en su casa. ¿Porqué lo hizo?. Entre otras razones, reconoce que se acordó de la respuesta que hace años le dio un sacerdote al que daba las gracias por haberle ayudado en un momento de mucha necesidad en el que se encontraba sola. El religioso, que le había dado dinero para poder salir adelante, le dijo: «No me des las gracias, cuando puedas ayudar tú a alguien, hazlo, no lo pienses ni un segundo». Y así hizo.

La mujer lleva dos semanas en su domicilio y la convivencia marcha estupendamente.

Una más en la familia

«Nos hemos cogido bastante cariño y nos llevamos muy bien. Es algo de lo que no me arrepiento», afirma Olivia, que el lunes se vuelve a incorporar a su trabajo, al que no ha podido ir desde el inicio del estado de alarma. Afirma que la mujer maltratada llegó muy nerviosa a su casa después del trauma que sufrió con su expareja y que enseguida sintió empatía por ella. «Nunca estuve en esa situación, pero si me hubiese pasado a mí, habría aceptado una ayuda», asegura. Pese a estar confinados, no hay tiempo para el aburrimiento, puesto que con tantos niños siempre hay algo que hacer. Los hijos de Olivia tienen trece, nueve y seis años. «Compartimos mucho, son miembros más de la familia», afirma Olivia.

La presidenta de la Federación de Vecinos, María Pérez, afirma que la mujer se puso en contacto con los servicios sociales del Ayuntamiento de Vigo, pero no consiguió la respuesta inmediata que requería la gravedad de la situación, debido a la gran carga de trabajo que tienen los servicios municipales.

Desesperada, la mujer se puso en contacto con la entidad vecinal y le acompañaron a formalizar una denuncia en la comisaría de Vigo. María Pérez afirma que los servicios sociales deberían contar con más personal para atender todas las necesidades porque una víctima no puede quedar desprotegida.

La mujer se siente agradecida por la ayuda que ha recibido para no seguir confinada con su agresor.