«Siempre tuve baloncesto en casa y con cuatro años jugaba en Lugo»

VIGO

XOAN CARLOS GIL

La hija del entrenador ACB Paco García mejora prestaciones en Vigo como una eficaz triplista

19 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Celia García Paunero (Valladolid, 1995) es psicóloga, profesión aparcada por un objetivo vocacional muy temprano, el baloncesto. La pucelana creció entre balones y canastas desde que tiene memoria, algo natural siendo hija de Paco García (actual entrenador del Fuenlabrada en la ACB) y de Ana Paunero, que llegó a jugar en la Primera División femenina, con el Universitario vallisoletano. La trayectoria de su padre en Galicia también marcó su paso en categorías inferiores por Lugo y Ourense, antes de recalar en el Celta, procedente del Zamarat de la máxima categoría nacional. Con la elástica celeste viene de firmar uno de sus mejores partidos en la LF2, al endosarle al Barakaldo 25 puntos, incluidos 5 triples, 5 rebotes y 30 de valoración, en los 29 minutos que disputó. Hay talento.

-El partido del pasado fin de semana fue para salir contenta.

-Sí, salieron bien las cosas y tuve un día acertado en el tiro. A veces estás entonada y otras no entran ni aunque el aro sea de grande como una piscina. Pero lo importante fue el resultado en lo colectivo. Queríamos sacarnos la espinita de la derrota en la primera vuelta, la primera que habíamos encajado, y además de modo doloroso con una canasta en el último segundo.

-¿La temporada le da la razón tras el paso atrás hacia la LF2?

-Siempre es difícil renunciar a una plaza en la Liga 1 de un país, pero en Vigo estoy muy contenta desde el día en que llegué. El staff técnico y toda la gente del club siempre te ayudan a mejorar y eso es perfecto para crecer como jugadora. Incluso estoy implicada con la cantera del club, con un equipo de infantiles, algo que también me da muchas satisfacciones.

-¿Hacia qué meta debe mirar el Celta durante las ocho jornadas restantes de fase regular?

-Es mejor seguirnos planteando la competición partido a partido, porque ya estamos viendo que la igualdad es máxima y todo puede pasar. Somos seis equipos peleando por dos puestos, con diferencias muy escasas.

-¿Tuvo mucho que ver su padre para que terminara eligiendo el baloncesto?

-Es evidente que siempre tuve baloncesto en casa y con cuatro años jugaba en las escuelas de Lugo. Además de la carrera de entrenador de mi padre, mi madre también jugó hasta que se quedó embarazada de mí, pero a partir de ahí, tampoco han influido demasiado en mi trayectoria, aunque pudiera parecerlo porque al final mi padre y yo somos en la actualidad profesionales del mismo deporte.

-¿Sacó muchas lecturas positivas de su experiencia americana?

-La principal razón por la que me marché fue que me daban más facilidades para unir estudios y deporte. Lo más importante era terminar mi carrera de Psicología, pero también aportó mucho a mi juego y seguramente favoreció que tuviera ofertas a la vuelta de LF1 y LF2.

-En la NCAA destacaron sus registros como reboteadora, pero aquí se está alejando del aro.

-Estamos trabajando mucho con el tiro y le viene bien a mi juego. En particular, creo que estamos haciendo un buen trabajo en Vigo.

-¿Y lo de la ropa negra por debajo del uniforme?

-Comencé a ponerme los calentadores en invierno, después de unos partidos en los que estaba teniendo frío, no encontraba la temperatura corporal adecuada y, ahora, con quince grados fuera, todavía no me la he quitado. El look está bien, pero es sobre todo por no pasar frío.

-¿Es cierto que tiene seguidores en el lejano oriente?

-Sí, mi hermana. Es profesional de la danza y está contratada en Japón durante un año. No quiere esperar hasta el día siguiente y a veces se engancha a nuestros partidos a las tres de la madrugada. Algunos de sus compañeros también se están aficionando.