Un petrolero danés atraca en Vigo al descubrir a tres polizones a bordo

J. R. VIGO / LA VOZ

VIGO

M.Moralejo

Serían de Guinea Conakry, aunque no tienen documentación que lo acredite

09 feb 2020 . Actualizado a las 14:18 h.

El buque danés Harald Maersk se vio obligado a desviar su hoja de ruta por el Atlántico al detectar tres polizones escondidos en alguna parte de esta embarcación de 180 metros de eslora. El hallazgo tuvo lugar ayer y en ese momento se contactó con tierra para pedir permiso para atracar. Según parece, los tres polizones mantenían una actitud agresiva y no se prestaban al diálogo, por lo que se tomó la decisión de entrar en la ría de Vigo.

Policía Nacional y Guardia Civil, a través de Fronteras, asumieron el asunto. Poco después de las 12.00 horas de hoy, integrantes de ambos cuerpos de seguridad accedieron al petrolero acompañados de traductores para establecer un diálogo con los polizones, algo que hasta ahora ha sido imposible. La Policía Portuaria de Vigo vigila el perímetro del buque, atracado en el muelle destinado a trasatlánticos.

El Harald Maersk estuvo en Las Palmas anteriormente, concretamente entre el 21 y 22 de enero. Previamente paró en Guinea Conakry, de ahí que los agentes crean que proceden de ese país. Los avances con el traductor habrían confirmado la sospecha. El buque, que en el pasado se llamó Bunga Alamanda y tenía pabellón de Malasia, partió en inicio desde Lagos. Ya frente a la costa gallega, concretamente frente a las Cíes, el barco dio media vuelta a raíz del altercado. Luego accedió a la ría entre las islas y Nigrán.

Fuentes oficiales explican los barcos son territorio del país que enarbolan bandera y los polizones no son bajados a tierra, todos los trámites se realizan en el barco. Las navieras, por la legislación internacional, son las responsables de devolverlos al puerto de origen. Añaden las mismas fuentes que está por determinar que sean violentos. La experiencia pone de manifiesto que en no pocas ocasiones aducen este argumento para no asumir el problema, de ahí que soliciten que desembarquen para no asumir ni responsabilidad ni costes. Otra situación común, en países cercanos, es que no admiten devoluciones, ni sus embajadas facilitan documentación alguna.

Las mismas fuentes aclararon que la inspección del barco para comprobar de primera mano lo ocurrido no se hizo en la ría, o fuera, al tratarse de una tarea demasiado complicada al carecer de una puerta de acceso en el casco, ni escalera para subir a la cubierta.