Un guardia civil acusado de contrabando de tabaco: «Cometí un error sin maldad»

E. V. Pita VIGO

VIGO

M.MORALEJO

El implicado alega que «confiaba de palabra» en que los cartones de cigarrillos eran embarcados en el barco correcto

14 ene 2020 . Actualizado a las 13:24 h.

Uno de los tres guardias civiles del Puerto de Marín acusados de contrabando de tabaco ha alegado en el juicio que «cometí un error sin maldad». La Fiscalía le acusa de colaborar para hacer un fraude fiscal de 1,4 millones y otros 354.000 euros de IVA sin declarar. En total, entre el 2010 y el 2013, la trama habría pasado de contrabando 51.000 cartones de cigarrillos valorados en 2,1 millones de euros.

El agente aseguró que siempre supervisaba el tabaco que llegaba en camión antes de embarcar. Dado que todos los cartones tenían el circuito verde, eso lo convertía en mercancía legal. Admitió que se «fiaba de palabra» de los embarques en buques  que no estaban atracados en el puerto sino en otros de distinto nombre. Eso se debía a que suponía de buena fe que eran barcos nodriza que luego transportaban el tabaco al barco destinatario en alta mar pero eso siempre lo comprobaba. Sin embargo, el fiscal le hizo notar que incluso cuando había barcos nodriza el barco receptor estaba «desguazado» y ya no existía. El agente admitió que él no podía saber esa información.

La sesión continuará con el interrogatorio a otros dos agentes. La segunda jornada del juicio se celebra en la Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo.

Otro guardia civil insistió en que tenía un exceso de trabajo en el puerto de Marín y que si vigilase todos los embarques se paralizaría la actividad portuaria. Añadió que se «fiaba de la palabra» del aprovisionador cuando les decía que todo estaba correcto aunque el nombre del barco en el que embarcaba el tabaco era distinto del que figuraba en la documentación de Aduanas.

Confiaba en las palabras del avituallados que les decía que el atracado en el muelle solo era un barco nodriza y que el buque destinarario final estaba en alta mar. Confirmaron que había un embarque y que las furgonetas volvían vacías. La documentación se la dejaban al «chaboleiro» del barco (un tripulante de bajo rango) para que firmase los papeles.

El tercer guardia solo estuvo implicado en una descarga y asegura que cuando le dijeron que el barco era nodriza llamó a Aduanas para consultar y que le dieron visto bueno para que siguiese adelante.

En el juicio también declaró por videoconferencia el jefe de la Unidad de Análisis de Riesgos. Este contó a la Fiscalía que descubrió la trama al cotejar las solicitudes de embarques de aprovisionamiento con los despachos de la Capitanía Marítima de la flota pesquero. Halló cuatro barcos que no estaban en el puerto en esas fechas y cuando lo estaba, el armador negó que hubiese encargado dichos avituallamientos. «Lo más llamativo era que algunos estaban desguazados», dijo.

El jefe de análisis también vio que los fondos de la trama de contrabando de tabaco se canalizaban a la cuenta de la hija del dueño de una empresa de aprovisionamiento para adquirir una finca.