Cierra la peluquería que tuvo de clientes a Rajoy, Julio Iglesias y Luis Aragonés

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Pedro Fernández lamenta la desaparición de la barbería más antigua de Vigo

30 ene 2020 . Actualizado a las 21:55 h.

Un negocio con una larga historia desaparece en Vigo. La peluquería Carral, la más antigua de la ciudad, echará el cierre el sábado después de 102 años de actividad.

El establecimiento ocupa un local municipal y el Concello ya no renueva el contrato de arrendamiento. La administración local intentó cerrarlo hace tres años, pero concedió una prórroga hasta la jubilación del responsable del negocio. A Pedro Fernández le ha llegado ya la hora de retirarse y se despedirá con pena de una peluquería masculina que regenta desde 1962. Pero su relación con la barbería viene de más atrás porque era de un tío suyo, que tomó las riendas en 1942.

Pedro creció en este local. Cuenta que cuando era niño pasó aquí muchas horas castigado. «Me da pena cerrar la peluquería más antigua de Vigo. Si pudiera continuar, no me jubilaría», asegura. De hecho continuará cortando el pelo en las casas de muchas personas ya mayores que no podían desplazarse hasta el local. Su cliente más fiel lleva 80 años acudiendo a la peluquería. En un establecimiento tan próximo al puerto, han pasado personas de lo más variopintas y rostros conocidos. Mariano Rajoy, Julio Iglesias o Luis Aragonés son algunas de las personas famosas que se han sentado en sus gastados sillones. En esa peluquería también se hacía arreglos Nicolás, el hermano de Franco. El actor Sancho Gracia o el escritor Carlos Casares son otros personajes que se han confiado en la mano de Pedro Fernández.

Su hijo Iago le ha acompañado en el negocio durante los últimos 9 años. Estaba empleado en el sector de la construcción y, tras quedarse en paro, empezó a trabajar en el negocio de su padre. Ahora busca un nuevo local para seguir adelante con el negocio. «No quiero volver a las obras, se me ablandó el cuerpo después de nueve años aquí», asegura. Ya ha ojeado algún local en el centro, a donde se llevará todo el mobiliario antiguo de la peluquería, como la silla caballito en la que se han sentado a cortar el pelo niños de varias generaciones.

Económica

El cierre de la peluquería creará un vacío al final de la calle Carral y lo lamentarán muchos clientes jóvenes a los que Pedro solo cobraba cinco euros por arreglarse la barba o cortarse el pelo con la máquina. Además de la más antigua, era la peluquería más económica de la ciudad, sin despreciar las manos expertas de Pedro.

También lo agradecerá la pareja de este veterano peluquero. La peluquería le hacía estar fuera de casa y ahora lo verá más.

Al parecer, el Ayuntamiento dará una función de almacén al local. Como se encuentra tan afectado por problemas de humedades, no resulta viable que vuelva a ser un negocio abierto al público. «Tendrían que hacer una obra faraónica y no les compensa», afirma Iago.

El cierre de la Peluquería Carral es uno más de la caída en cascada de negocios históricos que plegarán velas coincidiendo con el inicio de las obras peatonalización de la Porta do Sol. Del mismo modo, el Concello tampoco renovará el contrato de arrendamiento a otras cinco tiendas históricas de la calle Elduayen.