La hija de Aerolíneas ya vuela sola

Bibiana Villaverde
bibiana villaverde VIGO / LA VOZ

VIGO

Xoán Carlos Gil

Que sus padres sean Rosa Costas y Silvino Díaz, del mítico grupo de la movida, ha marcado su destino; Daniela se estrena editando su primer disco, grabado en Madrid

28 jun 2023 . Actualizado a las 17:16 h.

No quiere mayúsculas para su nombre artístico. Tampoco apellidos. Aunque a Daniela Díaz Costas (Vigo, 1997), dani, no le supone ningún problema ser hija de. «A mí me enorgullece. Aunque mi música tampoco la comparan con la de Aerolíneas Federales», el grupo con el que triunfaron sus padres -Rosa Costas y Silvino Díaz- en los ochenta. «Es más una referencia que una comparación». Empezó a componer con quince años. Con veintidós está a punto de editar su primer disco con El Volcán Música. Su primera canción, Mira, es su carta de presentación. Suena a la música francesa de los 70, ella nació en los 90 pero lleva los 80 en su ADN musical y biológico.

Sus padres le inculcaron su amor por la música, pero también sus tíos escriben en clave de sol. Miguel Costas, ex de Siniestro Total fue su padrino musical. «La primera vez que me subí al escenario fue como telonera de mi tío Miguel en La Iguana, con 14 años. Fue una experiencia chulísima. Había preparado canciones con mis compañeros del conservatorio y poder decir que la primera vez que actué fue en este local tan mítico, es un honor». Sus primos Bruno y Iago Costas son el batería y el cantante de The Riggos. Una familia que lleva la música en los genes. Pero no se imaginen las cenas de Navidad con guitarras y gorgoritos. «Los encuentros familiares son tranquilos, somos reservados... Ya estamos tan aburridos de escucharnos...», confiesa entre risas.

Xoán Carlos Gil

Esta cantante y compositora es hija de la movida viguesa, pero su infancia es la de cualquier otra niña. Cuando ella nació, Aerolíneas ya se había disuelto. «No viví esa parte del grupo, pero llevo escuchando música desde que estaba en la barriga de mi madre, y no solo de Aerolíneas o de Siniestro, sino también de otros grupos que he descubierto gracias a mi familia. Para mí es una suerte tener ese background y poder aprender de la experiencia de mi familia». Con ocho años empezó en el conservatorio, y a los diez ya cantaba con su guitarra. No vivió los momentos de más fama de sus padres pero sí es testigo de cómo los fans los siguen parando en el supermercado o en la calle para transmitirles su admiración.

Daniela, con tres años.
Daniela, con tres años.

Daniela toma buena nota de la experiencia de las dos personas que la trajeron al mundo y que conocen bien la industria. «Musicalmente mis padres no me dan consejos. Yo les enseño lo que voy haciendo, porque sé que siempre van a ser sinceros conmigo y su opinión es muy válida para mí. Llevan varios meses escuchando las canciones que van a salir este año, en el disco. Pero nunca me dicen deberías hacer esto o lo otro». Lo que sí le aconsejan es que tenga un plan B. El suyo es la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas, que acaba de terminar en el campus de Pontevedra, de la Universidad de Vigo. «En casa me dicen que sea muy consciente de la realidad de la industria musical porque es muy chula, pero es muy difícil vivir de ello y mantenerse en el tiempo. Me dicen que si es mi pasión, adelante, pero que tenga los pies en la tierra y siempre exista una segunda opción. Publicidad es una carrera superchula, me ha ayudado a aprender cosas para aplicar a la música. De hecho mi trabajo de fin de grado lo hice de creación de una marca». De ahí que tenga muy claro cuál es la suya. «Antes me hacía llamar Daniela Di Costas. Cuando empecé a trabajar con El Volcán quise crear una nueva marca y pensé en dani, en minúscula. Es un nombre que cuando lo escuchas no esperas lo que va a venir después, que es una chica que está haciendo una música minimalista… Es corto y estéticamente queda muy chulo», explica.

«Mira», su primer tema

Esta joven compositora vive entre Vigo y Madrid, adonde se traslada cada dos semanas para preparar su nuevo disco con El Volcán. Junto al productor Aarón Rux lleva meses trabajando en los temas que compuso en los últimos años, y con los que ahora está experimentando. «Estoy muy contenta. Mira, la primera canción, es un tema mío, igual que los que van a salir en los próximos meses. Son composiciones propias producidas junto a Aarón. Ambos conseguimos encontrar un sonido bastante diferente».

Sus canciones estaban desnudas, a guitarra y voz. Ahora están trabajando en vestirlas, adornarlas y darles un sonido único. Son temas inspirados en ideas, pensamientos o sentimientos de ella o de personas cercanas. «La música es algo que me nace dentro… Me paso horas y horas descubriendo nuevos grupos y nueva música… Escucho muchos estilos, de muchas épocas». Con dos padres, dos tíos y dos primos músicos, es inevitable pensar en si la música la lleva en el ADN. «Pero más que llevar la música en los genes tienes que tener esa inquietud, dedicarle tiempo, trabajar y trabajar. No sé si se lleva en los genes... En mi caso algo de genes debo de tener. Pero sobre todo es ambición y trabajo». Las leyes de Mendel no dieron respuesta a la carga genética de esta chica que piensa, vive y respira a través de la música.

«Don’t look back in anger», de Oasis «Escucho Oasis desde que nací. Me inspira. Esta canción fue una de las primeras que aprendí a tocar y cantar. Me trae muchos recuerdos familiares, de amores...».