Un punto notable para cerrar el año

área 11 MAJADAHONDA

VIGO

M.MORALEJO

El Coruxo se adelantó y acabó empatando ante un aspirante al play off

22 dic 2019 . Actualizado a las 16:56 h.

El fútbol hace justicia en el Cerro del Espino y da un punto a cada conjunto en el último partido de este 2019. El primer tramo fue dominado por un Coruxo que mostraba una gran confianza y tras el gol de Youssef los de Michel Alonso decidieron dar un paso atrás y entregar la posesión a los majariegos. El segundo tiempo fue para los locales, tuvieron el balón y las ocasiones, no fue hasta el minuto ochenta y dos el momento de tocar la tecla adecuada para los de Calero, que empataron con un gol de Mesa.

EL Coruxo salió lanzado. Destacaban las internadas por la banda derecha de los gallegos, a los majariegos les estaba costando entrar al encuentro. Los de Michel Alonso conservaban el esférico, movían de un lado al otro del campo sin dificultad, los locales no presionaban la salida de balón, además los verdes encontraban las cosquillas de su rival a través de balones a la espalda de la defensa madrileña.

Traspasando los quince minutos de juego llegaba el gol de los verdes, un córner centrado por De Vicente fue controlado por Youssef que, con el pecho, se acomodó el esférico para posteriormente golpear y enviar el balón al fondo de la red de un Basilio que nada pudo hacer.

Tras el tanto, el guion no cambiaba, los vigueses seguían dominando el juego y el Rayo se mostraba desconcertado e incómodo tanto con el balón como sin él. El balón parado ha sido una apuesta segura para los madrileños desde inicio de temporada, por ello esta sería la vía por la que encontrarían su primera gran ocasión, un remate de Dean tras un córner mandaría el balón al larguero.

En el segundo tiempo el Coruxo entregó el balón y decidió esperar a los madrileños, que tenían como única vía el balón parado. Por contra, a través de contragolpes llegaban las ocasiones del conjunto verde con un disparo de Silva desde la frontal que forzaría una parada de Basilio.

A medida que se acercaba la recta final el Rayo tenía el balón y comenzaba a llegar al área rival, pero el gol del empate no llegaba, se resistía y se empezaba a generar un nerviosismo en la grada. El juego era igual, las jugadas eran calcadas, un intento de penetrar al área gallega por parte de los madrileños y un posterior contragolpe, sin éxito de gol, de los gallegos. Pero tanto fue el cántaro a la fuente que en el minuto ochenta y dos llegaba el premio para el Rayo en una jugada de Marcos Bravo por banda izquierda sería finalizada con un centro hacia la cabeza de Rubén Mesa que, a placer, mandaba el balón a gol, empatando el encuentro a falta de escasos instantes.

El tramo final fue un asedio de ocasiones para ambos, pero ninguno encontraría petróleo y el encuentro finalizaría con un empate que hacía justicia a lo visto sobre el verde, un punto para cada conjunto que se irán de vacaciones con un sabor agridulce y con muchas ganas de regresar con las pilas cargadas.