«La naturaleza me da la felicidad, y es el motor que empuja mi silla de ruedas»

Monica Torres
mónica torres A GUARDA / LA VOZ

VIGO

Leire Méndez

«El naturalista cojo», de A Guarda, enseña en su blog y con su día a día que «los límites solo están en la mente»

17 dic 2019 . Actualizado a las 13:39 h.

«Naturalista autodidacta, fotógrafo aficionado, bloguero autodidacta....». Así se autodefine el guardés Manuel Sobrino Senra, pero su blog, El naturalista cojo, finalista a varios premios pese a no superar los tres años de actividad, desentraña a un provocador nato. Su proyecto invita a acompañarle en sus incursiones por valles, montañas y estuarios, con el singular atractivo de que en él radica la mayor fuerza de la naturaleza. Nació con espina bífida, una lesión medular que le impide caminar, pero la perspectiva no depende de la altura tras su mantra, Rodando que es gerundio, con el que recluta seguidores no solo a través de las redes sino durante sus charlas en colegios o como colaborador de la revista El Ecoturista

-¿Qué caracteriza a su blog?

-Quería aunar las dos realidades que marcaron mi vida, para bien o para mal, desde pequeño y que son una discapacidad y la naturaleza. Mi blog tiene esas dos vertientes, la divulgación de la naturaleza, que buena falta hace y, por otra parte, ayudar a que la gente se dé cuenta de que las personas con discapacidad podemos hacer un montón de cosas. Que de discapacitado o minusválido nada y que estamos ahí.

-¿El nombre pretende la discriminación positiva?. ¿Márketing?

-No es márketing. Evidentemente yo sé que incluir la palabra cojo iba a dar que hablar y, de hecho, aunque lo respetaron, en mi propio entorno más próximo costó aceptarlo porque me decían que yo soy una persona más , no un cojo y que mi discapacidad no es la que me define. Pero yo me tomo todo con mucho humor. Uso mucho el adjetivo cojo en el día a día para referirme a las personas como yo, para quitarle hierro. Solo soy cojo, no soy menos válido que nadie ni discapacitado, porque tengo muchas capacidades.

-¿El valor añadido de su proyecto es que son vivencias reales en primera persona?

-Nacía con espina bífida, pero esta lesión nunca ha supuesto una diferencia con los demás niños. Nunca he dejado que la espina bífida limite mi vida, solo me impide caminar. La enfermedad de Crohn me conlleva más problemas pero yo desarrollo una vida absolutamente normal, con la única diferencia de que no puedo caminar y soy feliz.

-Su blog arranca proclamando esa felicidad, que usted vincula con el aprendizaje de la naturaleza y el no ponerse barreras.

-La naturaleza me da la felicidad, es el motor que empuja mi silla de ruedas. Quiero divulgar los valores naturales de O Baixo Miño que, por desgracia aún son poco conocidos, pero también llamar la atención sobre las personas con discapacidad, que la gente vea que las limitaciones están solo en la mente y son las que se pone uno a sí mismo.

 

-También rueda a centro educativos y en sus lecciones hay lecciones fuera de guion. ¿No?

-Bueno sí. Casi siempre es al acabar, aunque en otras ocasiones se arrancan nada más llegar, pero sí, siempre me preguntan directamente: ¿Y tú por qué no te levantas de la silla de ruedas?. Adoro su espontaneidad y me encanta poder explicarlo con normalidad. En una de mis salidas a un centro de Ourense acabé echando una carrera con uno de los estudiantes que también se mueve en silla. A todos los niños les encanta la naturaleza y, de paso, animamos a que nadie se limite y que sigan rodando.

-¿Su amor por la naturaleza es también innato?

-Mi padre siempre nos inculcó el respeto por los animales y la naturaleza, aunque no tengo ningún referente en mi entorno inmediato. Creo que mi interés se despertó en el sofá de casa viendo con mi padre documentales y la vocación gracias a un libro que él me regaló cuando cumplí 11 años. Con Animales salvajes de África Oriental, me enganchó a la vida, obra y milagros de Félix Rodríguez de la Fuente, que fue quien me metió lo de la naturaleza en vena y me contagió su pasión.

-Aunque viaja con frecuencia es uno de los embajadores del estuario del Miño. ¿Cuáles son los valores que destaca de este paraje?

-A todos los que tiene por sí mismo, yo he de sumarle un valor incalculable para mí porque es donde nací y empecé a rodar dando mis primeros pasos como naturalista. Sus características son únicas, no solo por ser Red Natura, de especial protección de aves y lugar de interés comunitario sino por la riqueza y cantidad de especies. Yo destacaría quizás, la variedad de las aves migratorias que vienen en invierno, como el águila pescadora, amenazada a nivel nacional.

 

-Colabora con la revista El Ecoturista haciendo reportajes sobre turismo accesible en distintos enclaves de España. ¿Es O Baixo Miño un destino accesible?

-Lo es bastante aunque yo no soy el mejor para opinar porque en mi medio me meto por cualquier sitio. Lógicamente hay que estar preparado físicamente, pero a mí me gusta también el deporte y practico habitualmente. En comparación con otras comunidades estamos muy verdes y está claro que las personas con discapacidad somos los grandes olvidados también en la naturaleza, hay muchas zonas fuera de nuestro alcance. La silla Joelette, por ejemplo, de una sola rueda, ya se emplea en otros lugares. La naturaleza te pone obstáculos pero los límites tú mismo.