Zona Franca elimina más de 30 árboles frente al estadio del Rápido de Bouzas

Begoña Rodríguez Sotelino
b. r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

La institución argumenta que dañaban las canalizaciones y plantarán otros con un nuevo sistema de riego

26 nov 2019 . Actualizado a las 10:32 h.

La presencia de árboles modifica paisajes y el de la VG-20 a su paso por Bouzas hacia Alcabre ha cambiado su fisonomía de forma radical en solo una semana. Más de una treintena de ejemplares de gran porte, que hacían de pantalla acústica en una zona de alta densidad de tráfico y sin demasiada vegetación, han desaparecido.

Los árboles, que estaban en las instalaciones del Consorcio de la Zona Franca, fueron plantados por la entidad hace unos años y crecieron a buen ritmo. Pero, según explican desde el organismo, las raíces de los árboles estaban muy desarrolladas y destruyendo todas las canalizaciones que están instaladas bajo el mismo espacio.

Desde la agencia de desarrollo han explicado que, además, «ponían en peligro la estabilidad del muro de cierre de Zona Franca con la responsabilidad que conlleva, más si cabe por ser una vía de alta capacidad como es la salida de la VG-20».

La institución pública, que actualmente preside del exconcejal David Regades, aclara que el firme de la calzada de un vial estratégico como es el acceso al puerto de Bouzas «también se estaba empezando a deteriorar lo que nos ha obligado a realizar este trabajo», aseguran.

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Sin embargo, afirman que se plantarán nuevos árboles que tendrán instalado un innovador sistema, justo debajo de la raíz, que incorpora un pequeño pozo de agua para que el árbol pueda abastecerse de ahí directamente y no vaya a buscar agua a otras zonas.

Actualmente, la Zona Franca de Vigo está desarrollando una iniciativa destinada a dar a conocer más de cerca a la ciudadanía sus instalaciones, tanto las de la ciudad como las que tiene en los municipios de Nigrán y de O Porriño. Los primeros participantes hicieron hace un par de meses un recorrido guiado por la sede central en Bouzas que ahora luce, desde su cara externa, muy diferente.

Aislantes

No solo estéticamente. Los árboles tienen la capacidad de absorber los sonidos y funcionan como auténticos aislantes acústicos hasta el punto de que, dispuestas en los márgenes de las carreteras, pueden llegar a reducir hasta un 50 % el ruido generado por el tráfico.

Expertos como el educador medioambiental y portavoz de Amigos da Terra Antón Lois recuerdan que un solo árbol en la ciudad, con un tamaño relevante, puede absorber hasta 150 kilos de CO2 cada año, además de ser los más eficientes filtros para micropartículas en suspensión. «Nos ayudan por tanto a respirar, no solo generando oxígeno sino limpiando el aire y reduciendo la contaminación atmosférica (un árbol genera y purifica el aire que respiran tres personas) y de paso nos ayudan a mitigar el cambio climático», explica el ecologista.