El PBB se convierte en matagigantes de EBA y se pone segundo

M. V. F. VIGO

VIGO

cedida

12 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La mayoría de los rivales del Porriño Baloncesto Base en su segunda temporada en Liga EBA tienen «plantillas superiores» a la suya, dice su técnico, Jenaro Alonso. Y sin embargo, los porriñeses son segundos en la tabla con cinco triunfo en seis partidos que suponen un arranque espectacular. Porque más allá de la llamativa victoria con el triple imposible de Javier Cardito frente al Chantada -que, de hecho, afirma el preparador que estuvo lejos de ser su mejor partido-, han batido a otros rivales de peso y han dejado muy buenas sensaciones.

¿Es inesperado verse ahí? No es esa la palabra que Alonso utilizaría. Reconoce que son resultados meritorios y que, «aunque ningún partido es fácil y no es una frase hecha», el calendario les había deparado un inicio complejo. Pero también recuerda que la temporada pasada, con él al frente y prácticamente con el mismo bloque, también empezaron bien y luego sufrieron un bajón sin consecuencias clasificatorias.

Alonso no quiere hablar de más objetivos que la permanencia. Ni siquiera piensa en marcarse la meta de superar la posición del año pasado. «No me paro a mirar esas cosas», recalca. Lo único que le preocupa es garantizar la salvación del equipo y en ese sentido de lo que no cabe ninguna duda es de que los puntos que han logrado van a ser altamente valiosos. «Te da otra tranquilidad a la hora de jugar estar donde estamos y con los puntos que tenemos. Queda mucha liga, esto no ha hecho más que empezar, pero nos sirve para no ponernos nerviosos cuando llegue el momento de afrontar las derrotas», recalca.

Resultados aparte, el mayor motivo de celebración de Jenaro Alonso, subraya, es que cuenta con «un grupo humano de diez y que, además, saben jugar al baloncesto y lo entienden», algo más importante de lo que pudiera parecer. «Jugar podemos jugar todos, pero estos jugadores son una pasada en todos los sentidos. Y unos luchadores. No hay nada negativo que decir sobre ellos, absolutamente nada que objetar», recalca.

Además, el orgullo añadido es que el grueso del grupo que ascendió a EBA y que luego mantuvo la categoría el año pasado es de casa. «Tuvimos dos bajas, una por motivos personales y otra por razones laborales. La temporada anterior teníamos una plantilla corta y vinieron cuatro jugadores», recalca. Tres de ellos gallegos y «manteniendo el bloque, la filosofía y la idea, por eso sigue funcionando», señala.

Las bajas, aunque no se haya notado en los marcadores, han sido un obstáculo importante con el que han tenido que lidiar en estas primeras semanas de competición. «Seguimos estando tocados, pero puedo decir que yo no tengo cinco jugadores y banquillo, sino que el banquillo aporta mucho. Somos un grupo coral, bien afinado y que suena bien», explica. A eso suman la capacidad de sacrifico y la pasión por este deporte que les permiten «salir de casa a las siete de la mañana y estar de vuelta a la una de la madrugada» para jugar un partido como el del pasado domingo en León.

Además, Jenaro señala y agradece otro factor fundamental: el apoyo incondicional que les brinda la afición. «No sé si son 700 u 800 personas, si hay o no más que el año pasado, pero lo que está claro es que el pabellón siempre está lleno».