Apuntalan el muro del pazo de A Pastora tras las quejas vecinales

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

El camino ya no es transitable y los vecinos temen los atascos si no se repara del todo y se reabre al tráfico rodado

15 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Concello de Vigo ha apuntalado el muro que cierra el pazo de A Pastora, un edificio protegido que es propiedad de la familia Ozores. Los dueños arreglaron la mayor parte del muro, pero quedó fuera de la reconstrucción un tramo de veinte metros de una empalizada de seis metros de alto. Ya no pertenece a ellos en virtud de un convenio urbanístico por el que se construyó el centro comercial Gran Vía. La parcela fue objeto de cesión al Concello por parte de una de las promotoras involucradas en el proyecto del centro comercial, según explicó ayer la presidente de la asociación de vecinos de Freixeiro, Geni Acosta.

El pasado 9 de octubre los vecinos salieron a la calle para protestar por la situación de esta tapia que amenazaba con desplomarse. Entonces no se habían iniciado las lluvias torrenciales que han tenido lugar durante este fin de semana. La intensidad del agua provoca movimientos de tierra y ríos subterráneos. La finca está desprovista, desde hace dos meses, de la masa arbórea que fijaba el suelo y absorbía el exceso de humedad. Tampoco cuenta con canalizaciones de desagüe. Con estas premisas existe riesgo de que las tierras se desplacen y muevan el terreno empujando el muro hacia la vía pública.

Hace dos meses se produjeron los primeros desprendimientos de piedras. Cayeron siete sobre la vía pública, el camino de acceso al barrio de O Freixeiro.

Tras la protesta vecinal del día 9, en el Concello de Vigo tomaron nota de la situación y enviaron a una brigada de obreros para que apuntalasen el muro. Y así lo hicieron empleados municipales y de Civis Global. Esta empresa es la encargada de los trabajos de mantenimiento de la vía pública ya que el Concello no dispone de personal y medios técnicos propios para hacerlo con rapidez.

El arreglo del muro ha proporcionado seguridad a los vecinos, pero por otra parte impide que puedan circular coches por este vial. «No es la solución que queríamos sino que preferíamos un arreglo definitivo», señala la presidenta de la asociación de vecinos que tiene, por tanto una sensación agridulce. Por una parte los residentes están contentos de que se escuchen sus reivindicaciones, de otra les gustaría que se reabriese el vial. De este modo la calle sigue cerrada aunque con mayor seguridad para los transeúntes a pie. No obstante, los vecinos temen que la llegada de la campaña de compras navideñas pueda producir el colapso de la circulación en el barrio ya que el Camiño do Freixeiro resulta estratégico porque este vial comunica el primer cinturón de circunvalación con la Gran Vía que vertebra la ciudad y el acceso a sus grandes centros comerciales.

El barrio no tiene mucha población pero los vecinos son muy reivindicativos para que solucionen sus problemas. Y la protestas les han dado resultado. Durante más de un año sufrieron un enorme bache junto al parque de Castrelos que provocó más de un accidente grave. Para que se resolviese decidieron celebrar el cumpleaños del socavón. El impacto que tuvo la efemérides puso al Concello manos a la obra. Lo mismo sucedió más recientemente con el acceso al cementerio. Las obras de reforma y reasfaltado hicieron que el alquitrán borrase el paso de cebra existente y durante semanas los vecinos no sabían por donde cruzar y había riesgo de atropello. Hoy día ya está pintado de nuevo y con una señal de aviso vertical para los peatones.

El arreglo del muro ha proporcionado seguridad a los viandantes de un vial estratégico