El cargadero del Coto Wagner

Eduadro Rolland

VIGO

XOAN CARLOS GIL

La monumental estructura metálica de la ría de Vigo fue la salida al mar de la mina más productiva de la península Ibérica

08 oct 2019 . Actualizado a las 09:55 h.

Tenían nombre de grandes músicos: el coto Wagner y el coto Vivaldi. Y fueron descubiertos a mediados del siglo XX por el ingeniero vasco Julio Lazúrtegui, que soñó convertir el Bierzo en una nueva Vizcaya. Cuando comenzó a explotarse, en 1952, el coto Wagner se convirtió en la mayor mina de hierro de la península Ibérica. Y supuso una revolución, con 500 trabajadores y un teleférico de dos mil metros que transportaba el mineral hasta la estación ferroviaria de San Miguel de las Dueñas. Desde allí, llegaba en tren a la ría de Vigo para su embarque hacia la gran industria siderúrgica de Alemania y el Reino Unido. Es en esta historia donde surge el monumental cargadero de Rande, que ahora la Autoridad Portuaria viguesa quiere demoler, ignorando su valor como patrimonio industrial.

El cargadero de la Minero Siderúrgica de Ponferrada fue construido en los años 60, cuando media Europa pujaba por el hierro del coto Wagner. El puerto de Vigo resultaba inoperativo ante los cargamentos masivos, por lo que se decidió levantar esta formidable estructura de acero sobre el mar de la ensenada de San Simón. Como señala Carlos Menéndez Suárez en su investigación “Breve historia minera del Coto Wagner”, publicada en la revista especializada De Re Metálica, el primer cliente de la mina fue nada menos que la casa Friedrich Krupp AG, que en 1954 contrataba 120.000 toneladas de hierro. A estos pedidos se sumaron otros, hasta el punto de que la Empresa Nacional Siderúrgica S.A. (ENSIDESA) llegó a idear un faraónico cable aéreo de 115 kilómetros que conectase el coto con el puerto de Avilés.

El proyecto fue descartado y la ría viguesa, la elegida para dar salida al mineral. Las compras de hierro se dispararon, “lo que indujo a la empresa a construir un cargadero marítimo de mineral definitivo en Rande (Vigo) con el cual solucionaba uno de los graves problemas de la exportación, como era el de la escasa operatividad (almacenamiento y carga) con que se contaba en el puerto de Vigo”, señala Menéndez en su estudio. El cargadero es un modelo pantalán, con un alado de 10 metros para el atraque de buques de hasta 40.000 TRB. Podía embarcar hasta 2.000 toneladas de hierro cada hora. Y prueba de su capacidad es que en 1969 salieron desde allí 300.000 toneladas de mineral de hierro, según la memoria de la Minero Siderúrgica de Ponferrada. El ferrocarril minero llegaba hasta el mismo cargadero, donde se almacenaba el mineral y se transfería a los buques.

Curiosamente, el cargadero del Coto Wagner sucedía a otro muy importante. Porque también en Rande se ubicó otro, construido en 1925, por la Compañía de Minerales de Hierro de Galicia S.A., y desde el que salía wolframio para la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Bajo el puente de Rande, una vieja estructura de hormigón nos recuerda las actividades nazis en Vigo durante la contienda bélica. El antiguo cargadero estaba vinculado al alemán Friedrich Wilhem Cloos, conocido en Galicia como ‘Don Federico Guillermo’, establecido en Monforte de Lemos para explotar las minas de hierro de Freixo, en Marcelle. Esta estructura, que fue desmantelada y vendida para chatarra pero cuyos pilares se conservan, ya fue utilizada en el período de entreguerras. En 1926, el vapor Estoril hizo el primer cargamento. Se conserva en el archivo Pacheco una foto del embarque de las primeras doscientas toneladas. Más tarde, sería Don Federico Guillermo quien pondría el cargadero al servicio nazi, mientras agasajaba a sus amistades con ejemplares en castellano de la obra germinal de Hitler: ‘Mi lucha’.

Pero el cargadero del Coto Wagner sigue en pie. La aparición de yacimientos en Canadá, Asia y Sudamérica abarató el hierro a escala mundial y truncó los planes de las minas leonesas, que terminaron por abandonar la infraestructura en la ría de Vigo a finales de los años 70. Ahora, la Autoridad Portuaria de Vigo tiene la idea de demoler las instalaciones, que son un patrimonio industrial muy valioso, mientras el concello de Redondela las considera Bien de Interés Cultural, dentro de un espacio de protección que incluye los castillos de Rande y Corbeiro o los restos de la batalla de Rande de 1702.