Ha muerto el padre de Iván y Amaro, que contagió a sus hijos el amor por la música
07 oct 2019 . Actualizado a las 10:48 h.Francisco Javier Ferreiro Lapatza era el padre de dos de los músicos con más admiradores del país, pero él se contaba entre los primeros desde que los chiquillos empezaron a despuntar en el mundillo. Primero el mayor, Iván, con Los Piratas, y luego el pequeño, Amaro. Quizás el progenitor tuvo algo que ver con la vocación familiar que la del medio, Elena, cambió por la arquitectura. Hace años en una entrevista, el hijo menor recordaba que en Navidad él les solía cantar Soldadito Boliviano, de Paco Ibáñez, y la ponía mucho en el coche.
Javier Ferreiro era el penúltimo de ocho hermanos. Creció junto a ellos en el barrio vigués de As Travesas, adonde llegó la familia con 4 años. La pequeña, María del Carmen, cuenta que le que siempre le gustó la música y recuerda que los vecinos de la casa de al lado se mudaban y les ofrecieron el piano que tenían. Él le rogó a la madre que lo aceptara, pero dijo que no, porque ocupaba mucho. Pero él siguió insistiendo y no había reunión en la que no agarrase la guitarra. Comenzó a trabajar con su hermana en una agencia de viajes y luego en una compañía de seguros hasta que se jubiló. Su corazón se fue debilitando y se llevó sus ganas de seguir viendo a sus hijos triunfando y a sus nietos creciendo, que era algo de lo que más disfrutaba en los últimos años de la vida de «un hombre bueno», como así lo define.