Ucha destierra el mal de ojo

míriam v. f. VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El ciclista porriñés pone fin a dos años de desgracias con una actuación notable en la Volta a Galicia

26 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El ciclista Jacobo Ucha (O Porriño, 1993) se toma con humor dos años para olvidar en los que le han pasado cosas «que darían para ser estudiadas en Cuarto Milenio», afirma. De esa lista de acontecimientos en los que la fortuna le dio la espalda forman parte lesiones, enfermedades, caídas, calambres o equivocarse un cruce estando a punto de ganar, firmar un contrato profesional y que la UCI no lo acepte, promesas incumplidas, engaños u ofertas irrisorias. Tras todo ese calvario que comenzó en el 2017, la reciente Volta a Galicia en la que logró dos segundos puestos de etapa le compensa todo lo anterior, afirma.

«No me gusta mucho llorar. Las cosas vienen como vienen y hay que afrontarlas», acepta Ucha cuando se le pregunta por su serie de desgracias particular. Convencido de que lamentarse solo empeora las cosas, ha seguido insistiendo y trabajando para que el ciclismo, del que se declara «un enamorado», le diera las alegrías que ahora acaba de disfrutar. «Este año tuve una lesión de clavícula y solo había hecho un par de carreras tras tener que operarme. Iba con ilusión y ganas de hacerlo bien, pero fue una sorpresa hacer segundo en Baiona y primero y segundo con mi compañero de equipo (Rober Mediero) en Curtis», resume.

Su principal idea para esta vuelta era «disfrutar y pasarlo bien», aunque admite que también tenía otra intención: «Sí que pensaba en meterme en fugas y dejarme ver, porque Rober y yo somos muy combativos. Y al final tuvimos premio». Iba sin presión, porque recalca que en un equipo profesional siempre estás sometido a una exigencia que no existía para él en este caso. «No tenía nada que perder. Apenas había competido este año, solo había hecho un par de carrerillas por ahí y si me hubiera ido muy mal no iba a cambiar nada», apunta.

Por el contrario, la alianza con el Club Ciclista Vigués fue muy fructífera para las dos partes. «Estamos muy agradecidos por el trato. No nos faltó de nada y se reflejó en el rendimiento», agradece. A la vez, espera que también su buen hacer repercuta de manera positiva en el club. «Ellos perdieron a su patrocinador principal y ojalá les pueda venir bien esto para encontrar algo».

Ahora la esperanza es que su buena actuación en esta competición le abra alguna puerta, pero lo último que quiere es hacerse ilusiones tras las malas experiencias vividas. «Nunca sabes lo que te va a deparar el futuro. Es un momento de incertidumbre y claro que quiero que llegue una oportunidad, pero ya he pasado por engaños y promesas incumplidas y lo tengo muy presente», explica.

En esta última temporada, al no tener ninguna oferta «decente» de profesionales, tramitó una licencia con una tienda de bicicletas y corrió la Volta como cedido en el Club Ciclista Vigués. Durante todo el año compaginó el ciclismo con otros trabajos siempre relacionados con la bici. «Si no aparece seguiré trabajando y buscándome la vida como hasta ahora. Entreno a ciclistas, he trabajado en una tienda de bicicletas y también he ido de mecánico con algún equipo. Llevo muchos años en la bici y vas aprendiendo y adquiriendo experiencia», recalca.

«Me planteé dejarlo»

Pese a la pasión que tiene por este deporte y a que lleva más de quince años compitiendo, Ucha reconoce que los sinsabores de los últimos años le llevaron a pensar en dejarlo. «No quiero hablar en general, pero diría que casi todos los ciclistas tenemos momentos durante el año en los que nos lo planteamos por lo sacrificado que es este deporte y la poca recompensa que tiene», analiza. En su caso, puede más lo «enganchado» que dice sentirse a la bici. «Al final sin ella te falta algo. Me gusta hacer ciclocrós en invierno, hago mountain bike... Aunque lo dejara seguiría haciendo alguna carrera para matar el gusanillo», dice.

La experiencia más complicada de esos dos años de pesadilla fue la de que le prometieran una plaza en un equipo profesional que nunca llegó. «Es duro que te digan que te dan esa oportunidad a ese nivel y luego tener que recalificarte como amateur», comenta. A nivel mental fue también un mazazo grande, pero Ucha defiende que el ciclismo es «un deporte para valientes». «Me considero fuerte, pero todo el mundo tiene altibajos y más cuando te encuentras con situaciones así», apunta. Ahora agradece el apoyo de los suyos al empujarle a entrenar cada vez que no tenía ganas: «Esta Volta a Galicia ha sido el premio