Las obras en calles y colegios complican el inicio del curso para miles de familias

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Carriles bicis y humanizaciones estrechan el paso de autobuses y coches particulares

08 sep 2019 . Actualizado a las 21:26 h.

La cuenta atrás para el inicio del curso escolar para 23.600 alumnos de infantil y primaria ha comenzado con obras en varios centros y algunas de las principales arterias de la ciudad estrechadas por las humanizaciones y los carriles exclusivos para bicicletas y monopatines. Aunque el Concello toma medidas regulatorias y despliega la Policía Local, el panorama suscita la preocupación en miles de padres de alumnos y trabajadores de los centros que temen la selva que puede producirse el día 11, en palabras de una representante de la AMPA de San José de Cluny, situado en la carretera provincial. Esta es una de las vías más afectadas por las obras. El plazo para terminarlas acaba el día 25. Un grupo de obreros portugueses, subcontratados por la empresa contratista principal apuraban ayer el asfaltado de la entrada del colegio San José de Cluny. Este es el centro que tiene más alumnos en una zona en la que se encuentran otros dos colegios: el Lope de Vega y el colegio san Fernando. Desde Cluny han pedido que aceleren las obras al máximo para minimizar los perjuicios para el inicio del curso.

También continúan en la calle Venezuela. Allí se ha pintado de verde el carril bici. Pero ahora faltan las rayas que separan los sentidos de circulación. Estos trabajos van a durar algunas semanas más. El carril bici se ha trazado delante de la entrada del colegio Salesianos. «Se ha eliminado toda la zona de aparcamiento. Nos dijeron que antes de las elecciones iba a terminarse la obra y acabaron el asfaltado, pero se ha eliminado el estacionamiento». El centro tiene 800 alumnos y 60 profesores que deberían acudir en transporte público o caminando porque no pueden parar delante de la puerta. En la acera contraria, los alumnos del colegio El Pilar, de los Maristas, disfrutan de un poco más de suerte. «Este año tenemos una zona reservada delante del colegio y se puede aparcar un momento delante para dejar a los niños. Tenemos una fila entera para que puedan aparcar coches y autobuses y no prevemos grandes problemas», asegura la jefa de estudios, Yolanda López González. En Maristas no disponen de servicio de buses escolares, los alumnos que viven más alejados usan el Vitrasa.

Respeto a las plazas

En la calle Ecuador se encuentra otro colegio damnificado por las obras de las calles cercanas, La Enseñanza. «No se respetan las plazas de aparcamiento reservadas para el colegio en horario de entrada y salida y hay mucho lío de tráfico aunque suele haber municipales», señalan desde el centro que ve con temor el inicio del curso por las obras de Venezuela y el semáforo que han instalado para acceder a esa calle y que puede aumentar los atascos en las horas punta.

En la calle Camelias las obras del carril bici han reducido los de circulación a uno por cada lado. «Tenemos 600 alumnos y 40 profesores. Habrá que ver el primer día cómo se desarrolla la circulación porque hay menos espacio para moverse», dicen en el colegio Labor