Rodrigo Conde, a convertirse en el remero español más joven en Tokio

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El moañés, en compañía de Balastegui en el doble scull ligero, busca en el Mundial con 21 años, una de la siete plazas que dan acceso a los Juegos

24 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Rodrigo Conde inicia mañana su asalto a los Juegos Olímpicos y lo hace formando parte del bote más joven de todo el Campeonato del Mundo con Manel Balastegui como compañero en el doble scull ligero. El moañés estuvo concentrado en Laias, en donde firmó la mejor preparación posible. Ahora necesita ser uno de los siete primeros barcos para asegurar su presencia en Tokio con 21 años.

Como de costumbre Rodrigo derrocha confianza: «Vamos con las máximas expectativas posibles, llevamos una racha de entrenamientos buenísima, no hemos tenido ni un mal día hasta ahora. Estamos corriendo mucho y con mucha confianza», comentó a La Voz desde Austria, en donde mañana afronta las series clasificatorias y el jueves la semifinal que de darle una de las seis plazas de la final A le habrá asegurado el pasaporte para los Juegos: «El objetivo es meterse en la final A porque la B va a ser una auténtica escabechina al pelear por una sola plaza. La regata más importante del campeoanto va a ser la semifinal».

La preparación realizada le invita a pensar en positivo. «No he estado más a gusto nunca, conseguimos que nos llevasen de concentración a Galicia y estuvimos en Laias en el balneario y a hemos entrenado muy duro, pero estar en casa es otro rollo y por encima tener un balneario para entrenar es una pasada, no te molesta nada. Estábamos solos en el río, podíamos hacer 24 kilómetros sin una sola ola y las instalaciones eran buenísimas, nada que objetar». Esta buena preparación le lleva a decir que llegan a Austria con las mejores sensaciones, algo que confirma con argumentos: «El bote no falla por ningún lado, tanto a nivel físico como anímico como equipo, todo está perfecto y la preparación creemos que no podía haber sido mejor». Lo mismo se repite con su compañero en el doble scull ligero: «Es con una de las parejas con las que mejor me entiendo. A veces tenemos algunos roces porque yo soy muy exigente pero el es un poco más tranquilo. Yo cuando algo no va bien lo quiero corregir al momento y Manel es el que me da calma cuando deberia ser al revés que yo soy el mayor».

Este idílico panorama se encontrará desde mañana con dos hándicaps: el nivel de los rivales y la historia reciente del remo español. De los adversarios dice Rodrigo Conde que «creo que habrá cuatro escalones dentro de los botes. Irlanda y Alemania un pelín destacados del resto, luego Italia siguiéndoles muy de cerca y a continuación nosotros, Bélgica, Australia, Nueva Zelanda, Dinamarca, Austria, China y Canadá y luego el cuarto bloque». Ya avisa que ni los favoritos le meten miedo: «Venimos no solo a clasificarnos, sino de dar guerra a todo. Aunque esos tres puedan estar por encima el día que me toque remar contra ellos voy a ir con el cuchillo entre los dientes».

La mejor manera de dar carpetazo a unos años de travesía en el desierto del remo español a nivel internacional: «Ahora mismo hemos pegado un salto de calidad bastante grande. Antes llegar a una final A era un logro increíble», comenta mientras repasa el reguero de decepciones por quedarse fuera de los Juegos en la última década: «Es mi primer mundial clasificatorio y para un deporte como el remo ir a unos Juegos es a lo máximo que puedes aspirar. Hablas con los compañeros mayores y ves que van a las clasificatorias y que no consiguen meterse, que pasan años y no se meten botes y dices ‘sí que debe ser difícil y que está lejos’». Quizá no tanto para el moañés.