El IGN recibió tres informes, en uno de los cuales, procedente de la localidad ourensana de San Amaro, a unos 28 kilómetros de Covelo, se describía una «vibración de objetos». En el IGN permanecieron atentos por si se produjesen nuevas sacudidas para prevenir y minimizar posibles daños. La sismóloga tranquiliza: «En Galicia existe mucha actividad sísmica, pero de baja magnitud».
Este 2019, el subsuelo de Covelo ya había vibrado en otras cuatro ocasiones, también con magnitudes bajas que no superaron los 2,5 mbLg. A nivel gallego, el último temblor destacable, de 3,9 mbLg, se produjo el 9 de junio en las profundidades del suelo marino a 160 kilómetros al norte de la ciudad de A Coruña. Como referente histórico, el terremoto más fuerte registrado en Galicia ocurrió el 22 de mayo de 1997, con una magnitud de 5,1 mbLg y con epicentro en la localidad lucense de Triacastela. Este seísmo dejó una víctima mortal por infarto, causó daños materiales de poca consideración y se pudo sentir por toda la comunidad gallega e incluso en Castilla y León.