Brandán Márquez muerde el oro en la prueba más extrema del mundo

Alberto Estévez Ingelmo VIGO

VIGO

CEDIDA

El ciclista de montaña vigués se proclamó campeón del Iron Bike, una de las carreras más duras del planeta

01 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Toda persona tiene una meta en la vida, ya sea más o menos ambiciosa, y suele ir ligada a aquello que uno le dedica más tiempo de lo normal. Brandán Márquez (Vigo, 1982) tiene una pasión: la bicicleta de montaña. El vigués admite que de joven le fascinaba -tanto como a día de hoy- la aventura, y fue a los 15 años cuando cogió una bicicleta y no se separó de ella. Era cuestión de tiempo que la fórmula de la bicicleta y montaña fuera todo un éxito porque «es un privilegio poder moverte con tus propios medios en un entorno que me gusta tanto».

De esta forma, Brandán cumplió su sueño de ganar la competición de mountain bike más dura del planeta, el Iron Bike. El ciclista vigués asegura que «ganar esta carrera es una de las satisfacciones más grande de mi vida» y admite que colocarse en lo más alto del podio le supuso una grata sorpresa «pese a llegar con una preparación buena». Esta es una prueba exigente que lleva el cuerpo y la mente de cada competidor al límite, pero un enamorado del deporte extremo como Brandán quiere repetir participación el curso que viene: «Merece la pena hacerla, me gustaría repetir aunque no esté en el mismo nivel de forma».

Brandán es un biker contrastado a nivel gallego y nacional que ha conseguido proclamarse campeón más de una vez en ambas competiciones. «Tengo dos títulos nacionales y no sé cuantos gallegos, los títulos oficiales ya no son una motivación para mí porque prefiero este tipo de pruebas de aventura y superación», comenta. Por ello, los campeonatos federados ya no llaman su atención y busca sentirse realizado consigo mismo en competiciones como el Iron Bike.

Márquez es positivo a la hora de hacer balance de su temporada y confía en mantenerse en un buen estado de forma hasta el final de la misma. «Le pongo un nueve a mi actual curso, espero seguir en la línea y no perder la forma», explica. En esencia, el Iron Bike -competición en la que se alzó campeón- tiene como filosofía llevar el mountain bike al extremo, tanto física como psicológicamente. «El Iron Bike te lleva al límite y el hecho de terminar la carrera supone ganarse el respeto y admiración de la gente», admite.

Para Brandán, el Iron Bike es la competición más dura en la que compitió «con mucha diferencia». Es una carrera extrema en todos los sentidos. La falta de información en tramos de bajada excesivamente peligrosos aumentan el riesgo y exponen todavía más a los ciclistas. «Desde la organización no te dicen nada y tienes que verlo tú durante la carrera, ahí está lo más complicado y extremo de la prueba», afirma. Por esta razón, Brandán le otorga más prestigio a esta competición que a un campeonato de Europa o mundial. «La gente que tiene mi filosofía de no vivir de la bicicleta probablemente valore más este tipo de pruebas», señala el biker.

También entiende la otra cara de la moneda, ya que es fundamental la consecución de títulos oficiales para los profesionales que viven de la bicicleta de montaña: «Los títulos justifican las temporadas, pero yo le doy más importancia a un Iron Bike por su dificultad». Recalca que es una visión muy personal en la que no es capaz de cuantificar la valía de vencer una de las pruebas más duras del mundo.

En las próximas fechas, Brandán tiene un campeonato nacional -competición en la que no tiene la victoria como objetivo por su organización de calendario- y una prueba similar al Iron Bike en Australia. En su filosofía y manera de entender el deporte prevalece el riesgo y la aventura frente a un título internacional más reconocido: «Si hay una prueba bestia en algún sitio, voy a hacerla».