Gilberto Gil pone el ritmo al verano con Luna llena

j. pereira / b. r. s. VIGO / LA VOZ

VIGO

Xoán Carlos Gil

El músico brasileño ofreció un cálido concierto en Vigo, única parada gallega de su gira

17 jul 2019 . Actualizado a las 21:54 h.

El verano físico, esa sensación que te envuelve, en Vigo es Castrelos. Pero el verano interior lo lleva incorporada la música brasileña desde que unos «loucos pelo ritmo» inventaron el tropicalismo y también dieron sentido al movimiento acompasado que se dio en llamar bossa nova. Parecía superada, pero lo que vino después, lo que reina ahora, es tan basto que entrar en esa delicadeza es como sumergirse en refrescante agua tibia. Por eso, Gilberto Gil inauguró ayer el verano musical vigués. Vino Gil antes de Hill a llevarse la Luna llena sobre el Mar de Vigo tras el eclipse, como si navegase tranquilo en un bote por la ría.

El artista compareció relajado y muy bien rodeado, literalmente en familia, en esta nueva parada de su gira inspirada por el disco Ok ok ok que, como él mismo asegura, es una celebración de la vida, una vida que vio pasar casi de largo antes de lo que había planeado, con su corazón a punto de dejar de latir.

Tres de sus hijos: Bem (guitarra y voces), Nara (coros) y José (percusión) forman parte de la banda junto a cinco músicos más y la voz destacada de Roberta Sá, vocalista que despunta en Brasil y le acompaña en esta gira. Gilberto Gil fue templando la noche poco a poco, ante un público internacional predispuesto a quererle y dejarse querer por las canciones que fue desgranando, desde la que da título a su último álbum («una manifestación sobre estos tiempos difíciles», dijo ayer) y otras como Quatro pedacinhos (que dedicó a su médica), Uma coisa bonitinha, o Lia e Deia, a temas hilados entre sus nuevas composiciones y el amplio repertorio que acumula.