El vidente jubilado acusado de abusar de dos niñas abandona el juicio porque se encontró indispuesto

E. V. Pita VIGO

VIGO

M.MORALEJO

El exactor y empresario atribuye la denuncia a una «venganza» de una madre y examante para sacarle dinero

09 jul 2019 . Actualizado a las 22:11 h.

El vidente acusado de abusar de dos amigas adolescentes, de 13 años, atribuye la denuncia a una «venganza» de unas de las madres, una «querida» con la que tenía una relación afectiva y a la que ayudó con 80.000 euros. 

El implicado afronta 14 años de cárcel por pedir que las niñas le mandasen por Wassap unas fotos de desnudos porque les prometía que él tenía contactos en la televisión para incluirlas en una agencia de modelos. Las madres de las dos niñas, de 14 años, dicen que sus hijas, tras estos hechos, se volvieron respondonas y rebeldes, y una de ellas tuvo tiempo después un trastorno límite y dos intentos de suicidio.

El juicio se ha celebrado esta mañana en la Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. Las menores declararon a puerta cerrada y, en ese momento, el acusado se ausentó del juicio por motivos de salud, ya que no se encontraba bien y se sentía indispuesto. Mientras las menores declaraban tras un biombo él se marchó a la calle.

El implicado, un jubilado y exactor que lee el tarot y las cartas, se declaró inocente. Aseguró que una de las madres, encargada de una discoteca, era su «amante» y dormían juntos dos veces a la semana. Según él, cubría sus gastos, le pagó una operación de ojos y otra dental, la mantenía, la invitaba a todo a ella y a su hija y le dejaba su coche. Un día, en el 2016, según su versión la pilló en una infidelidad y rompió con ella. A las pocas horas, la madre le denunció. «Ella vio que ya no iba a chupar más del bote y fue a por mí, porque era un industrial millonario», alegó. Dice que a la niña la trataba como un familiar y le compraba cosas en las ferias.

La madre dio una versión contraria. Dijo que el implicado era un amigo al que consideraba casi un familiar. Ella vivía de su sueldo y tenía un novio en Madrid y la acercaba en coche a la capital para que pudiese ver a su pareja. Un día vio que su hija de 14 años tenía problemas de conducta y se volvió rebelde. Mientras la menor se duchaba, la madre espió el teléfono móvil de su hija para averiguar si tenía malas amistades y descubrió fotos eroticas y mensajes subidos de tono que le mandaba el implicado. La niña le confesó todo entre sollozos y denunció al hombre en la comisaría. «Jamás me esperé algo así de él, para mí era como un familiar», dijo la madre en el juicio.

La madre de la otra niña sospechó de él porque el vidente «simulaba ser el abuelo de la amiga de mi hija y no me inspiraba confianza». El «abuelo» trasladaba en su coche a ambas niñas y le leía la mano en la que les advertía que no tenían un buen desarrollo.  «Les dijo que les iba a ofrecer una moto, les ofrecía porros, tabaco, dinero», comentó la segunda madre.