El Concello penaliza con 11.000 euros a una adjudicataria por acabar tarde una obra

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

La empresa tardó casi un año en cubrir el patio del colegio Virxe do Rocío de Coia y tenía que haberlo hecho en 3 meses

23 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La Gerencia de Urbanismo ha impuesto una penalización de 11.372 euros a la empresa que contrató para cubrir el patio del colegio Virxe do Rocío. Este importe se corresponde con el 5 % de la adjudicación, valorada en 227.455 euros. Según la Ley de Contratos, el retraso de más de un 50 % de los plazos comprometidos constituye una falta grave y puede ser sancionado con hasta el 10 % del valor total de la obra.

La empresa adjudicataria tardó casi un año en terminar el encargo y, un día antes de acabar el plazo, solicitó una prórroga, sin darle al Concello tiempo a reaccionar, por lo que la acabó denegando.

El proyecto para cubrir el patio de este colegio de Coia nació mal desde el primer día. La Junta de Gobierno Local adjudicó los trabajos el 29 de diciembre de 2017 resolviendo un procedimiento abierto. El 26 de enero de 2018 nombró a dos técnicos municipales para dirigir la obra, así como a un coordinador de seguridad y salud y una asistencia técnica. El primer escollo que encontró la empresa es que no pudo empezar las obras en pleno periodo lectivo. De esta forma, el 30 de enero de 2018 se suspendió el inicio de los trabajos hasta la finalización del periodo escolar.

El 21 de mayo de 2018 se suscribió un acta de replanteo que permitió fijar el comienzo de las obras y su finalización el 21 de agosto de 2018. Justo un día antes, la adjudicataria presentó en el registro del Concello una solicitud de ampliación del plazo de la obra, «sen xustificar as razóns nas que se fundamente e sen subiñar o tempo probable da súa duración», según consta en un informe municipal. El Concello debe resolver la prórroga antes de que finalice el plazo de ejecución del contrato. Con 24 horas de antelación, no le dio tiempo a autorizarla.

Nuevo plazo

Una vez terminado el verano y reanudado el curso escolar, el 21 de septiembre de 2018, el Concello le da un nuevo plazo de un mes y medio para que finalice las tareas pendientes. A esas alturas solo estaba ejecutado el 25 % del presupuesto de las obras adjudicadas. Quedaba pendiente finalicer la estructura autoportante metálica y el material de cubrición en su totalidad.

La asistencia técnica y la empresa encargada del control de calidad autorizó la apertura parcial del patio para que lo pudieran disfrutar los alumnos. Por fin el 6 de marzo de este año el Concello suscribió la recepción de las obras.

La legislacion en materia de contratos permite al Concello imponer penalidades por el incumplimento o cumplimeinto defectuoso de las obligaciones de las adjucaitarias. No acatar los plazos será calificado como falta grave cuando sean superiores al 50 % y como leve en el supuesto de que sea inferior.

Una obra que tenía que estar terminada en tres meses, al final se prolongó durante casi un año. La administración local deducirá la penalización de las cantidades que debe abonar al contratista o sobre la garantía que haya constituido.

La comunidad escolar quedó insatisfecha porque quedó dañada la pista deportiva

La comunidad escolar no quedó satisfecha con el resultado de las obras. La cubierta quedó correctamente colocada, pero resultó dañado el suelo del polideportivo. Dado que está en garantía, la empresa adjudicataria deberá arreglar los desperfectos y reponer el firme tal y como se encontraba antes del inicio de las obras, eliminando los desconchados que han quedado. Hacía pocos años que la habían reformado con un inversión de 20.000 euros.

El desarrollo de los trabajos también causó perjuicios en vehículos. Cuatro coches de profesores sufrieron salpicaduras de pintura y presentaron las correspondientes reclamaciones. Una de ellas ya ha cobrado el importe de la reparación.

El retraso de las obras también perjudicó a los alumnos, que estuvieron mucho tiempo sin poder utilizar su principal lugar de esparcimiento durante los recreos. El colegio se quedó sin magosto ni otras celebraciones que suelen hacerse en esta parte del colegio público.