Nervios y montañas de mochilas con teléfonos apagados en la selectividad

Begoña Rodríguez Sotelino
Begoña R. Sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

Los inhibidores de frecuencia fueron la novedad de este año, aunque ningún estudiante o profesor los vio

12 jun 2019 . Actualizado a las 22:08 h.

Las únicas seis horas del año en que un adolescente (y un adulto lo mismo, pero por ahora nadie lo ha prohibido en un caso tan concreto y tajante) no consulta el móvil, coinciden con las seis horas de exámenes de acceso a la universidad (EBAU) que hoy se celebraron en Galicia. Mañana otras seis y pasado, cuatro en la tercera y última jornada de la selectividad. La Voz de Galicia acude a una de las facultades donde se están celebrando las pruebas en la Universidad de Vigo. Silencio en la de Bioloxía a partir de las 10.00 horas. Exámenes entregados. Tras el barullo de primera hora de la mañana, la suerte está echada. En el aula se olía el miedo transformado en ese sudor adolescente que lo invade todo cuando las hormonas andan revueltas. Hoy están que saltan. Pero hay excepciones. Sofia, del IES Santa Irene, quiere estudiar Magisterio Infantil y se mostraba muy tranquila antes de entrar. Al salir, lo mismo. La chica demuestra la paciencia necesaria para la profesión que ha elegido. En la primera media hora pueden todavía entrar a la prueba los que se retrasen pero en esta zona están todos los que tenían que estar.

Los profesores que se ocupan de la organización respiran tranquilos una vez pasados los primeros apuros, las reclamaciones iniciales, alumnos que habían solicitado examinarse de materias adicionales que no aparecían en las listas y otros que habían dejado atrás las pegatinas que hay que colocar en las hojas de examen.

Ha pasado la media hora.  Aún no salió nadie derrotado. Buena señal. Pasillos vacíos mientras las neuronas trabajan a tope dentro de las aulas. El primer examen es el de Lengua Castellana y Literatura ll. Algunos rogaban antes de entrar por la Generación del 98. Salen los primeros y al fin se sabe qué tocó este año. En Lengua Castellana Opción A: Análisis de un texto de Almudena Grandes. De tema, «Análisis de personajes en La Fundación» y «La narrativa hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX». Opción B: Un texto de Muñoz Molina. De tema, «El género literario en La verdad sobre el caso Savolta: entre la novela policíaca, la novela histórica y el folletín» y «Las trayectorias poéticas de Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez».

Manuel y Bruno han salido de los primeros. Ambos han elegido la primera opción A es decir, comentario de texto sobre violencia machista basado en un escrito de Almudena Grandes; el libro la Fundación de Buero Vallejo y literatura Hispanoamericana con García Márquez. Estudian en el IES Valmiñor: uno quiere ser policía y el otro no lo tiene claro, hará un ciclo y si le da, una carrera.

Los inhibidores de frecuencia han sido la novedad que sobrevoló las aulas como amenaza pero nadie vio. Los profesores no saben muy bien cómo funciona el sistema: saben que puede que alguien venga en cualquier momento, hoy, mañana o pasado o los tres días, con un aparato que detecte transmisiones.A una chica sí que le preocupaba el asunto de los inhibidores de frecuencia porque tiene un aparato en el corazón y tenía miedo de que le afectase de alguna manera. Le dicen que avise en su aula al entrar por si vienen esos técnicos para poder salir y contar su caso ya que los controles son aleatorios. Los alumnos están obligados a dejar en las mochilas los teléfonos móviles apagados y no llevan relojes. «¿Tiene hora?», preguntan cuando están fuera a cualquiera que ande por los alrededores y no se examine.  

Adrián estudia en el Coia 2, el IES Alvaro Cunqueiro de Vigo, y necesita un 7,4 para estudiar Historia en Santiago y, si no le da, le vale un 5,6 para irse a Ourense . Prefiere Santiago por las referencias que tiene y por el ambiente universitario. Quiere ser profe o «ya veré». «Hacer una oposición», dice. Estaba a punto de entrar en el examen de literatura y rezaba para que el temario no tocase ni de lejos nada de poesía. De los cuatro libros que podían tocar, La Fundación de Buero Vallejo era su opción favorita. 

El presidente del tribunal señala que por ahora no se ha registrado ninguna incidencia importante. En la cafetería esperan tres buenos amigos de unos cuantos examinandos: Víctor, Iria y Sara hicieron selectividad el año pasado y hoy vienen a acompañar a los que se quedaron atrás, sus amigos repetidores.

De evitar los bajones de azúcar se ocupa Arelas Catering, que gestiona la cafetería en Bioloxia y Ciencias del Mar. Tienen como novedad la empatorti, una empanada de tortilla que inventó una trabajadora que está en cocinas. 

Las madres también se examinan. La tarea nunca se acaba. Chus es enfermera y ha ido a apoyar a su hijo, que quiere estudiar Ingeniería Aeronáutica en Madrid si le da la nota. Necesita entre 12 y 13 puntos. Mientras ya en la cafetería la madre se toma un café con una amiga, confiesa que estaba más nerviosa que el niño: «Estoy aquí dándole energía positiva, frutos secos y plátanos. No quería pero yo le digo: Hijo tómatelo, ¡mira Nadal !

Acaba la primera prueba y hay media hora de descanso. Los estudiantes aprovechan para seguir repasando, unos, y para tomarse algo de beber o comer, otros. Sale el sol en Vigo y muchos dejan los pasillos para airearse en el jardín, bajo un enorme árbol. 

«Chicos, apagade os móviles. Empezamos ben e vamos a seguir mellor», dice una profesora en un aula en Ciencias del Mar antes de cerrar la puerta. Vuelve el silencio a los pasillos. Empieza el segundo examen: Historia de España. Las Reformas de la II República y Fernando VII son los temas principales del examen de Historia.

Y mañana, más. A las 09,00 horas Matematicas Aplicadas CC Sociais y Fundamentos da arte. A las 10.30 Matemáticas II y Latín. El tercer examen: Debuxo Técnico II, Artes Escénicas y 2ª Lingua Extranxeira II. Por la tarde: Física, Xeografía, Cultura Audiovisual II. Después, Química y Grego II. FIN. Y aún queda el viernes.  Pero ya no quedan nervios. Se han transformado en agotamiento.