La nueva hoja de ruta del gobierno de Vigo

VIGO

Óscar Vázquez

Una gran concejalía de empresas y empleo, el AVE, 450 humanizaciones más, un nuevo vial desde la avenida de Madrid hasta el Cunqueiro y blindar el Plan General, los objetivos del alcalde

27 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Soy el alcalde de la economía». Ese es el reto con el que el Abel Caballero y su gobierno encararán a partir del 15 de junio su cuarto mandato al frente del Ayuntamiento de Vigo. Y como la economía, el empleo y la pujanza industrial son materias solo colaterales respecto a las competencias municipales, los próximos cuatro años serán para el regidor socialista el momento de demostrar su habilidad para atraer inversiones privadas y empresas, además de convencer a las demás administraciones para que empujen apostando en sus proyectos por Vigo.

Hacer más atractivo el escenario general de la ciudad es la estrategia básica para esa captación de esfuerzos. Humanizar 450 calles más, tres de cada cuatro de ellas en el rural, forman parte de ese diseño. Pero a esa percha ya ha adelantado que le colgará también la expansión del proyecto Vigo vertical multiplicando el número de ascensores, así como llevar a cabo los que serán dos de sus proyectos estrella para el nuevo mandato, como son las pasarelas de la Gran Vía o la peatonalización de la Porta do Sol. Y una novedad en la lista: un nuevo vial entre la avenida de Madrid (a punto de iniciarse su reforma también) y el hospital Álvaro Cunqueiro.

En su hoja de ruta puramente económica figura como prioridad la creación de suelo industrial en el propio municipio para captar inversión empresarial con la que generar el empleo que ya prometió en su primera campaña electoral en el 2007. Y para afinarlo, una gran concejalía de empresas y empleo en el nuevo equipo.

En ese reto irán de su mano tanto Zona Franca como la Diputación y el Gobierno del Estado, ante el que tendrá la ventaja de aducir haber sido el principal referente socialista en estas elecciones. Conseguir que el AVE directo no se vuelva a demorar cuando acaben los tres años de estudio hidrológico que ahora se ponen en marcha; lograr un compromiso sobre la salida sur del tren hacia Portugal; presionar para que la nueva autovía a O Porriño en túnel pase de las palabras a los hechos, o que el estudio sobre el abastecimiento de agua a Vigo acabe con una realización concreta, forman parte de esa lista de tareas que arrancar de la Administración central.

Las relaciones con la Xunta en cambio no se antoja que vayan a cambiar justo en el largo año de precampaña que resta hasta las elecciones autonómicas. Las malas relaciones que Caballero y Feijoo han venido cosechando no llevan a augurar ningún cambio. Por ello, el regidor vigués fía parte de sus esperanzas a que el PSOE lidere a partir del 2020 la Administración gallega, para que todos los vientos le soplen a favor. Está por ver qué rumbo toma el aire enrarecido que aún se genera entre la presidencia del Celta y la alcaldía, empeñada en acabar pese a todo la reforma de Balaídos en tres años.

Y sobrevolando todo, otra asignatura a aprobar será el Plan General, al menos para dar total seguridad a las inversiones que Caballero ha prometido atraer.