Muñoz quiere renegociar las rutas con la concesionaria de bus urbano porque el acuerdo expira el próximo año
18 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Viajar todo el mes en los buses de Vitrasa por una tarifa plana de 20 euros. Ahora, un viaje sencillo de ida cuesta 1,35 euros y con el bono, 89 céntimos. Si un conductor vigués gasta 50 euros en gasolina al mes, con el superbono de bus se ahorraría 30. Esta es la promesa electoral que lanzó ayer la candidata del PP, Elena Muñoz, pues quiere renegociar la mejora de las tarifas y las rutas.
«Los vigueses pagamos el billete más caro de Galicia y el tercero de España, después de Madrid y Barcelona. Hay un Vigo de primera y de segunda, porque muchas parroquias del rural abandonadas tardan hasta una hora en llegar en autobús al centro o al Hospital Álvaro Cunqueiro», dice la popular, que ayer paseó con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, por el Casco Vello.
La economista Muñoz hace sus cuentas y quiere aprovechar que el próximo año finaliza la concesión del servicio para reordenar las líneas y rutas de Vitrasa. Propone como novedades que haya una coordinación entre el servicio de autobuses urbanos y el taxi en Vigo. Otra idea es que los menores de 18 años viajen gratis al igual que los estudiantes adultos que sigan con su formación. Actualmente, los universitarios y bachilleres disfrutan de descuentos del 50 % con su tarjeta Pass Vigo. Y a las parroquias propone comunicarlas mejor en bus con el Álvaro Cunqueiro y dar servicios «a demanda» al extrarradio.
Muñoz culpa al alcalde Abel Caballero del alto precio del bus. «El tique normal se ha incrementado en más de un 31 % y el bonificado, en un 25 %. ¿Son estos los impuestos más bajos que nos vende el candidato socialista?», clama. Considera que «el servicio del autobús es un buen ejemplo de que en Vigo pagamos los impuestos más caros de Galicia».
El recorte de tasas es la promesa estrella de la campaña de los populares en Vigo, que apuestan por una gestión competitiva de lo público sin rascar el bolsillo del contribuyente. La popular insiste en adelgazar los impuestos locales para relanzar la industria y el comercio. Tiene fe en que el goteo de beneficios llegue a los de abajo. Por eso, quiere abaratar el suelo industrial para captar inversores, reducir el IBI y el agua y ofertar el bus a 20 euros.
Esta fórmula mágica adelgaza los ingresos públicos pero la pregunta es obvia: Si el PP da el tijeretazo a los ingresos del Concello, ¿cómo compensará el déficit en las arcas municipales? La candidata aclara que no recortará el gasto social. Sería un debate perfecto para los economistas Caballero y Muñoz pero el alcalde rehúsa la cita. Ella insinúa machismo, pide normalidad democrática y le reta: «Se niega a debatir con una mujer, espero que acepte, que baje de su tribuna».