Quieren que se mojen en campaña electoral sobre la situación de los centros de salud
15 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Los médicos de los centros de salud están convocados a una huelga el martes y miércoles de la próxima semana. Los convocantes están convencidos de que el seguimiento será mayoritario porque tienen el apoyo de los profesionales y también de los usuarios, después de la masiva manifestación del 28 de diciembre, que se celebró al calor de la dimisión de los jefes de servicio. Ahora, los convocantes de la huelga quieren forzar a que todos los políticos se posicionen a favor o en contra del paro. Para ello, han enviado cartas a todos los alcaldes del área sanitaria de Vigo, que presiden los 26 ayuntamientos del sur de la provincia. En ella, le piden un apoyo explícito a su movilización.
Las cartas se enviaron ayer desde el Colegio Oficial de Médicos de Pontevedra y solicitan «o apoio na forma que o alcalde-presidente considere máis axeitada». Todo esto ocurre en la ebullición de la campaña electoral.
En muchos concellos se han producido discusiones y votaciones plenarias sobre la situación de la sanidad en los últimos años. Otra cosa es lo que pueda ocurrir ahora, con una campaña electoral en marcha y con una huelga contra el Servizo Galego de Saúde. La carta se dirige a los alcaldes y esto deja en una situación complicada sobre todo a los del PP, ya que la huelga es un conflicto que preocupa mucho a la Xunta. Los populares gobiernan en once de los 26 ayuntamientos del área sanitaria: Arbo, Baiona, A Cañiza, Covelo, Crecente, Mondariz Balneario, Mos, Redondela, O Rosal, Pazos de Borbén y Salvaterra; y también participan en el gobierno de Tui.
Los partidos de izquierda, que están en la oposición a Feijoo, han acudido hasta ahora a todas las protestas de los médicos. Sus líderes se han sumado a las movilizaciones de la atención primaria. Pero la misiva enviada ahora por el comité de huelga obliga a los políticos del PP a mojarse sobre la situación en la que están los centros de salud a los que acuden sus posibles votantes.
Y los sindicatos
Hasta ahora, ningún político se ha manifestado acerca de la huelga, a pesar de que es un tema goloso en campaña electoral. Con la carta, en la que se pide un apoyo explícito, esta actitud puede cambiar en los próximos días.
La movilización reclama la renuncia del equipo directivo del área sanitaria de Vigo, un tiempo mínimo de diez minutos en la consulta médica para cada paciente, una serie de mejoras asistenciales en la relación entre los centros de salud y el hospital (eliminar las teleconsultas como única vía de derivación, lograr que la lista de espera para consultas de hospital y pruebas baje de 45 días, 15 si son preferentes, eliminar los buzones virtuales), mejorar la dotación tecnológica y de material y que exista personal específico para salir a cubrir las emergencias del 061.
Pero la movilización de los médicos no solo pretende obligar a posicionarse a los políticos, sino también a los sindicatos. En la atención primaria de toda Galicia iba a celebrarse una huelga del 9 al 11 de abril, pero se desconvocó porque el Sergas y los sindicatos acordaron abrir una nueva negociación. Esa desconvocatoria provocó una fuerte contestación entre los profesionales, que llevó a gestar este nuevo paro, ya restringido al área de Vigo y al personal facultativo. La movilización de los días 21 y 22 nació con vocación de dejar al margen a los sindicatos, ante el enfado que provocó en muchos profesionales la desconvocatoria del paro de abril. No solo es que los convocantes sean los propios facultativos, sino que explícitamente se ha dejado al margen a los sindicatos. Eso sí, van a tener que decidir si secundan o no la medida de presión. Y al día siguiente, el 23, hay elecciones sindicales en los hospitales y también en los centros de salud de toda Galicia.
El Sergas cubre dos de las 23 jefaturas de los facultativos que dimitieron
Quedan solo siete días para que comience la huelga de médicos de atención primaria del área sanitaria de Vigo y el Servizo Galego de Saúde ha anunciado que ha nombrado a tres nuevos jefes de servicio. Son nombramientos sin concurso público, hechos directamente desde la gerencia y comunicados a los médicos de cada servicio a través del correo electrónico ayer por la mañana, según fuentes de los centros de salud. El Sergas también difundió un comunicado público para anunciarlo. Fuentes del organismo dicen que las plazas se sacarán a concurso público.
Se trata de los ambulatorios de Casco Vello, Redondela y A Cañiza. Un total de 25 jefes de servicio y unidad dimitieron en diciembre y el Sergas rechazó su dimisión. 23 de ellos volvieron a presentar su renuncia en marzo y el Sergas sí la aceptó. Entre ellos estaban las jefas de servicio de Casco Vello y Redondela. La de A Cañiza llevaba vacante más tiempo. Por tanto, el Sergas cubre ahora dos puestos de los 23 que cesaron.
La nueva jefa de servicio de Casco Vello es Rosa Piñeiro Guerrero, que lleva trece años en ese centro de salud y antes estuvo quince años en el de Cangas. El nuevo jefe de servicio de Redondela es Roberto Devesa González, que lleva nueve años en ese centro y antes trabajó doce como jefe de sala del 061. El nuevo jefe de servicio de A Cañiza es José Ángel González Alonso, que lleva once años en ese ambulatorio y trabajó también en el área sanitaria de Ourense.
El Sergas reconoce en su comunicado que la primaria atraviesa un momento complicado y agradece «a determinación e entusiasmo con que as persoas designadas asumen as súas respectivas xefaturas, e polo seu compromiso coa mellora de atención primaria nun momento complicado». Asegura también que estos son los primeros nombramientos de un proceso más largo, que es el de cubrir todas las jefaturas de atención primaria.
La junta de servicios de atención primaria, formada con los jefes que dimitieron de sus puestos que, además, apoya la huelga de la próxima semana, ha instado a los nuevos responsables de los centros de salud a abandonar sus puestos. La dirección del área sanitaria, también en un comunicado, dijo de los médicos que promueven la huelga que están «instalados no conflicto» y que su posición está «fóra de toda lóxica e coherencia».