Antonio Pampliega: «Estuve secuestrado por Al Qaida por pasarme de listo»

VIGO

Victor Serri

El reportero participará hoy en un encuentro con 500 jóvenes de colegios vigueses

10 abr 2019 . Actualizado a las 11:50 h.

El auditorio Afundación acoge hoy, desde las 10.00 horas, el I Congreso de valores, organizado por la Fundación Lo que nos mueve, en el que participarán 500 jóvenes de 15 y 16 años de centros educativos de Vigo. La finalidad es difundir valores entre los jóvenes y normalizar la diversidad y la discapacidad. Uno de los ponentes será Antonio Pampliega (1982), reportero de guerra que, en el 2015, estuvo diez meses secuestrado por Al Qaida en Siria, y que actualmente presenta el programa Pasaporte Pampliega en Cuatro TV.

-¿Cuál será su aportación a este encuentro?

-Me dan la oportunidad de ponerme ante 500 jóvenes y darles una bofetada de realidad, para decirles que viven en una pequeña burbuja y son unos privilegiados. Yo les haré ver, a través de fotografías, zonas de guerra, gente de su edad a la que la vida les ha puesto el dilema de convertirse en refugiados o coger un arma y matar en nombre de dios o para defender su vida.

-¿Con qué objetivo?

-Trataré de abrir sus mentes y que entiendan cómo está el mundo y los motivos por los que hay personas que se juegan la vida cruzando el Mediterráneo.

-¿Usted también tuvo que verlo para creerlo o ya lo sabía?

-No, no, eso lo tienes que ver; por mucho que estés informado no lo entiendes. Porque a través de los medios de comunicación no ves las cosas como realmente son. La guerra que nos enseñan por televisión no tiene nada que ver con lo que es sobre el terreno; ese drama humano no llega. Trataré de hacerles ver eso a los chavales, emocionarles y explicarles que ellos, que son los ciudadanos del futuro, tienen que saber en qué mundo viven, porque sus decisiones son muy importantes, ya que con su voto elegirán a un presidente que es un traficante de armas; porque España es el séptimo vendedor de armas del mundo. Quiero que sean conscientes de que España mata.

-¿Le sirvió como terapia escribir libros sobre su presencia en distintos conflictos?

-Es una forma de aliviar, pero también de contar muchas cosas que nos guardamos mucha gente que cubrimos zonas de guerra. También de compartir nuestra vivencia y experiencia con personas que no están acostumbradas a esto. Ayer, un afgano que llevaba 25 años en España, se me acercó y me dijo que no sabía que su país era así como yo lo había contado. Eso me encantó. A mí me llena mucho que mis historias abren los ojos a la gente.

-¿Cómo se afronta un cautiverio de 10 meses en manos de Al Qaida?

-El ser humano aguanta cualquier cosa, somos mucho más fuertes de lo que pensamos. Precisamente por eso hay que enseñarles a los chavales, que vivimos en un mundo muy cómodo, pero cuando salimos ahí fuera y nos dan una hostia, tenemos que encajarla, bajar la cabeza y aguantar; eso es lo más importante, aguantar y tener dignidad. De todas formas, yo tuve unos secuestradores que no eran malos del todo, si llego a caer en manos del Estado Islámico no estaría ahora hablando.

-¿Fue Siria el peor escenario por donde paso?

-Sí, no he visto nada igual y espero que no se repita, aunque creo que volverá a pasar. He estado en muchas guerras y no he visto algo similar, sobre todo en el 2012; aquello era una carnicería. De septiembre a febrero de 2013, no había día que no hubiera 20 o 25 muertos destrozados en el hospital de Alepo. No he visto una cosa igual y eso te cambia la conciencia.

-¿Qué le augura a Siria?

-Cuando se reduce un país a polvo, ese país hay que reconstruirlo. Irán las empresas de reconstrucción que se llevarán su propio beneficio, pero el problema de Siria es que es una pequeña guerra mundial; hay suníes, chiíes, kurdos, turcos y todas las potencias mundiales. La guerra sigue activa por lo que todavía no se puede reconstruir el país. De todas formas, hay que ser realistas, porque Somalia lleva más de 25 años en guerra, y Afganistán desde hace 40, así que lo mismo no hay paz.

-¿Por qué se hizo reportero de guerra?

-Porque quería ser Pérez Reverte; por el ego, por los premios y el reconocimiento. Cuando yo estaba estudiando empezaba la guerra de Irak y me di cuenta de que eso me gustaba. Claro que cuando vas cumpliendo años te replanteas por qué lo haces y ya priorizas a esa gente que has entrevistado y que están esperanzados en que con mis crónicas la guerra acabe; claro que yo sé que la guerra no va a parar por mucha crudeza que muestre, porque las guerras son un negocio; solo cuando no sea rentable acabarán, pero eso a día de hoy no pasa.

-¿Tuvo miedo?

-El miedo es una de mis alertas. Si un corresponsal, que está en primera línea de combate, no tiene miedo, cometerá un error; va a ir más allá sin sopesar todas las condiciones que hay alrededor, pero en la guerra, el error te puede costar la vida; y lo dice alguien al que secuestraron por pasarse de listo. Yo he tenido suerte y me han dado una segunda oportunidad.