«Vexo un futuro extraordinario no campo»

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

VIGO

Cedida

Los jóvenes optan más por el sector avícola y porcino, que exige menos dedicación que las vacas

29 mar 2019 . Actualizado a las 09:47 h.

Desde hace décadas, el lalinense Román Santalla Agra está en todas las salsas agrarias. Lo suyo es la lucha desde el sindicalismo, y las batallas lo mismo las vive subido a un tractor que en las moquetas de los despachos de Madrid o Bruselas. Se define como un «home de aldea», que en su caso está en la parroquia de Palio, donde gestiona su explotación ganadera y que ahora habitan «unhas 200 cabezas de frisonas, de 120 a 130 vacas leiteiras e o resto, xovencas». Comparte esa labor «xunto coa miña familia e o meu fillo».

La vida le llevó al agro pasando por Venezuela. Emigró tras sus estudios en Lalín, pero regresó pronto. «Cheguei de volta con 24 años e empecei na aldea xunto coa miña familia con dúas ou tres vacas». Asegura que «o meu foi o conto da leiteira, tal cal». En 1997 se afilió a Unións Agrarias «porque me parecía o sindicato máis rigoroso dentro dos que había». Hoy acumula un sinfín de cargos. Es presidente de la cooperativa Cobideza, responsable comarcal de Unións Agrarias en Deza, secretario de Ganadería a nivel nacional de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) y representante español del sector de la leche en el Grupo Diálogo Civil en la Comisión Europea, entre otros. Son unas credenciales que le llevan a estar en constante movimiento por la geografía española y también de parte de Europa.

Pero Santalla dice que «o primeiro de todo e ante todo son gandeiro» y tiene a gala no haber dejado nunca de pagar la afiliación a la Seguridad Social Agraria. Vive pegado a los problemas del campo, que son muchos. Una pirámide que corona el bajo precio de la leche en origen que impide la viabilidad de muchas explotaciones que acaban cerrando, la proliferación del jabalí que arruina los cultivos o las consecuencias del cambio climático.

Hablamos con él de futuro y no pestañea. Afirma con rotundidad que «vexo un futuro extraordinario no campo. Del sae o primeiro recurso e iso debe ter unha consideración». Reconoce que «como todo na vida, hai que melloralo», pero «xa se avanzou moito, mellorouse moito nos produtos, en sanidade animal, conseguimos erradicar enfermidades, as explotacións fóronse profesionalizando, mellorouse a xenética...». Para Santalla, «o campo é o futuro» y como ejemplo pone la potenciación de los cultivos de manzanas en la zona de A Estrada, el crecimiento en la provincia de las plantaciones de castaños y frutales, los vergeles de O Salnés y de O Rosal. Pide para los agricultores y ganaderos «menos burocracia e máis apoios fiscais». Lalín es el municipio gallego con más vacas y en Deza es donde se concentra el 60 % de las explotaciones de la provincia, a lo que se suma algo en Tabeirós y una presencia residual en las zonas costeras, explica. En este sector, el problema es el precio. La leche se cobra en origen a una media de 31,7 céntimos el litro. Defiende que «é un tema que debemos solucionar porque agora mesmo os gobernos nos deixan en mans das industrias e aínda non podemos con elas». Cree que la provincia tiene un potencial natural extraordinario y que el camino está también en la agricultura ecológica.

Ve necesario incrementar las empresas de transformación del producto. «Estanse facendo cousas, pero o mercado é moi complicado, os hábitos dos consumidores están mudando e as áreas comerciais demandan produtos de proximidade», dice. «Nas cooperativas _apunta_ estámonos volcando neste tema».

En cuanto a la ganadería, explica que «estase potenciando moito, sobre todo no interior, as explotacións porcinas e avícolas, tanto de ovos como de polos», y que es a donde se incorporan «os nosos xoves porque lles facilita poder conciliar e gañar en calidade de vida, son moito menos sacrificadas que unha explotación de vacas». En O Rosal, apunta, «hai unha produción importante histórica de polos, aínda que está indo a menos, mentres que se están montando moitas producións de vexetais, hortalizas e froitas, igual que polo Salnés».

Esta semana, en Madrid se reunió en el Ministerio de Agricultura para reclamar medidas contra el jabalí. Salió satisfecho de que «aínda que o ministerio non o quere cualificar como praga recoñece que é un gran problema». Pide a las administraciones que actúen. Señala que «as producións de millo redúcense en termos dun 5 ou 10 %». A la Xunta presentaron un plan pionero y esperan respuesta.

En su currículo figura como fundador y actual vicepresidente de Inlac, la interprofesional láctea, o fundador en la de la carne de vacuno. Para Santalla, la mayor satisfacción de su trabajo es «axudar á xente que o necesita no sector» a pie de tierra. Su teléfono está siempre operativo para cualquier agricultor o ganadero que quiera contarle sus problemas. A ellos dedica «o esforzo máximo». En estos años estuvo en la guerrilla en un sinfín de crisis agrarias. La peor, dice, fue la del 2015 con las tractoradas. Durmieron muchas noches en el tractor para conseguir «cousas importantes, aínda que non foron suficientes». Si las malas se recuerdan «as boas pasan desapercibidas porque cando te chaman é por un problema».

«O prezo do leite é algo que debemos solucionar porque aínda non podemos coas industrias»

«Temos un problema serio de sobrepoboación co xabaril ao que hai que por freo»