Una doctora en las filas del Xuvenil

VIGO

Oscar Vázquez

Susana El Drubi es médico y colocadora del equipo de voleibol vigués desde hace unos meses

28 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace unas semanas, las jugadoras del Xuvenil de Teis viajan a sus partidos de domicilio con más tranquilidad que nunca. «Siempre bromean con que ahora hay un médico en el autobús para cualquier cosa que pase, pero yo respondo que en esos días estoy de descanso», relata divertida la colocadora Susana El Drubi Vega, con ficha del equipo desde el pasado enero y anestesista de profesión.

Nacida en Oviedo «hace más de 30 años» -prefiere no revelar su edad-, Susana empezó a jugar de niña y lo dejó precisamente para centrarse en sacar adelante sus estudios de Medicina. Tenía entonces 18 años y jugaba en la misma competición a la que mucho tiempo después ha regresado de la mano del equipo vigués. «Recuerdo enfrentarme a ellas alguna vez y que siempre era un equipo al que costaba ganar, si es que lo conseguías», rememora. Poco podía imaginar que acabaría luciendo sus colores.

Aparcada su carrera deportiva a nivel competitivo, Susana siempre siguió practicando voleibol como aficionada hasta que sufrió una rotura de Aquiles hace diez años que la frenó en seco. «Con el tiempo me inicié en el crossfit y luego empecé a matar el gusanillo con algún toquecito en el volei playa», recuerda. Al mismo tiempo, se fue moviendo por trabajo hasta llegar a Pontevedra, donde se formó como anestesista y donde sigue residiendo, aunque trabaja en el Hospital Clínico de Santiago.

El volei playa en su ciudad de residencia fue su puerta de entrada al Xuvenil. «Marta (González) fichó por el equipo este verano y me animó», cuenta. En principio iba únicamente para entrenar con el equipo e intentar aportar en la preparación de las de Celso Veloso a la vez que volvía a disfrutar del volei. «Nunca pensé que iba a volver a tener la oportunidad de competir en Superliga 2, pero Celso me ofreció tener ficha y si puedo ayudar al equipo, encantada», recalca.

El regreso al volei ha implicado para Susana algunas renuncias. Desplazarse a Vigo a entrenar tres días a la semana, más su trabajo en Santiago y el crossfit con el que continúa no son un rompecabezas de encaje sencillo. «En los últimos meses me dedico al trabajo, al deporte y poco más. Tengo horario de mañana y después guardias de 24 horas», comenta. Aunque le resta importancia porque «casi todas las compañeras estudian o trabajan», lo que significa que compiten «en una liga profesional» sin ser deportistas profesionales.

Ejerciendo en la pista

En el poco tiempo que lleva compitiendo con el equipo, Susana ya ha tenido ocasión de ejercer de médico sobre la pista. «Desgraciadamente, hace un par de semanas se lesionó Irina (Angelova, su compañera búlgara) y entre el fisio del otro equipo y yo le echamos un primer vistazo», comenta la asturiana. A lo largo de su vida le ha pasado más veces practicando deporte. «Me ha ocurrido con algún bajón de tensión, alguna torcedura de un dedo que he recolocado...», cuenta con naturalidad.

Susana se ha acostumbrado, como el resto de sus colegas de profesión, a que «en cualquier lado pregunten si hay algún médico y allí ir tú. Es gracioso», señala. Ella admite que siempre gusta «ser de utilidad» con su trabajo, también en el Xuvenil. «Para mí es lo más normal, pero sí que a veces llama la atención que una jugadora del equipo sea médico», comenta.

Ella, feliz con haber podido volver a las pistas sin esperarlo, cree que el suyo es un ejemplo de lo que se puede conseguir si insistes y no pierdes la ilusión. «Para ser médico sacrifiqué muchas cosas, entre ellas el volei. Pero he podido volver, así que está claro que no hay que cerrarse puertas ni perder nunca la ilusión». Ahora lucha por volver a su mejor nivel, pero lo básico está claro: «Disfrutar».