El Concello reclama al Puerto que repare las baldosas que rompe el transporte especial

VIGO

Alejandro Martínez

El alcalde aporta como prueba la fotografía de una carga de 120 toneladas que atravesó ayer la ciudad

22 mar 2019 . Actualizado a las 22:16 h.

El transporte pesado especial que cruza la calle Cánovas del Castillo pulveriza las baldosas del paseo. El alcalde reclama al Puerto de Vigo que repare el tramo urbanizado en la única entrada posible para las piezas de gran tonelaje. Esta mañana ha aportado una prueba, la fotografía de una macropieza que fue transportada esta madrugada desde O Porriño. En la imagen se observa el convoy atravesando las baldosas rotas de la avenida. Son 120 toneladas de peso atravesando una superficie en tierra firme preparada para soportar un máximo de 8. Alrededor de medio centenar de transportes de este tipo atraviesan la ciudad cada año. El próximo lunes volverá a haber otro. 

 Según el convenio, el Concello debe encargarse del mantenimiento del paseo. «Aceptamos el mantenimiento de lo que es un uso normal de los usuarios, pero no esto. Cómo va a ser la ciudad la que se haga cargo del desperfecto de un transporte para el puerto que cobra el puerto para meter en el puerto», se ha quejado esta mañana el alcalde, Abel Caballero.

 El gobierno municipal considera que el Concello ya hace bastante cobrando unas tasas muy baratas por el uso de la vía pública para este tipo de transportes con el fin de apoyar la actividad industrial. 

La operativa obliga a realizar un dispositivo de seguridad que solo le cuesta una tasa de 195 euros a los transportistas. Moviliza a dos vehículos de la Policía Local y una docena de agentes, que van controlando el tráfico. En ocasiones se hace necesario mover los semáforos para que no resulten dañados. 

Los vehículos de transporte especial llegan de la Avenida de Madrid hasta la Plaza de España. De ahí bajan por la Gran Vía hasta As Travesas y enfilan por la calle Coruña hasta llegar a Beiramar. Es en Cánovas del Castillo donde el firme es más frágil. El transporte especial destruye las baldosas ofreciendo una imagen de abandono y con el peligro añadido después de que los peatones tropiecen y se caigan. El Concello exige al Puerto que se haga cargo de estos daños.