Incendios constantes en el asilo a los 9 meses de anunciarse su tapiado

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Un okupa desató ayer la alarma al prender una fogata para calentar su comida

20 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Edificios desocupados como La Artística o el asilo de Pi y Margall son escenario de continuos fuegos, una veces intencionados y otros generados por okupas e indigentes que pernoctan en ellos. Ayer mismo, un indigente sembró la alarma al hacer una fogata en plan barbacoa para calentar agua para cocinar. Usó como combustible madera y cables de cobre, lo que generó una densa humareda que salió por una ventana y alertó al vecindario. El pasado viernes por la noche, los bomberos apagaron durante una hora un doble fuego en la planta baja de la antigua fábrica de La Artística, en la entrada principal de la calle Tomás A. Alonso. El incendio tenía dos focos separados, señal de que fue provocado.

Lo paradójico es que el Concello anunció en junio del 2018, que el asilo de Pi y Margall iba a ser tapiado para evitar la entrada de intrusos. Era el paso previo para su anunciado derribo, que aún no se ha producido. La oenegé Os Ninguéns, que ayuda a los sin techo, calculó entonces que se quedarían en la calle quince indigentes que pernoctaban allí. Nueve meses después, el edificio sigue abierto y con okupas.

La prueba de que los sintecho duermen allí es el último incendio causado ayer a las 8.05 horas por un indigente de edad avanzada que calentaba baldes de auga para cocinar en la primera planta del edificio. Alarmados por el humo, los bomberos se toparon dentro con el intruso, que ya tenía casi apagada su hoguera, de la que solo quedaban rescoldos. Junto a él había una garrafa y varios cubos con agua que pensaba usar para hacer su comida.

El asilo lleva años pendiente de demolición. Es la pieza estrella del plan para construir una urbanización de lujo en el Barrio do Cura. Supondría un importante puntal en el proceso de gentrificación del Casco Vello al reemplazar las viviendas baratas por apartamentos de alto estándar.

El lujoso proyecto fue promovido por el exfutbolista celeste Valery Karpin y sus socios, que pidieron un préstamo millonario a la banca, pero les sorprendió la crisis del ladrillo del 2008 y dejaron de pagar las cuotas de su hipoteca. Actualmente, los bancos BBVA y Santander controlan el proyecto y alguno ya ha desistido de subastar una veintena de solares y fincas de la calle Santa Marta ante las expectativas de llegar a un arreglo. Confían en que otro inversor internacional asuma la promoción de la obra y relance la urbanización.

A su vez, la Administración continúa con las gestiones burocráticas para reordenar todo el barrio. Un requisito era habilitar un túnel que enlace el callejón sin salida de la calle Torrecedeira con Poboadores, el Paseo de Alfonso XII y Elduayen. A mayores, el Concello prevé peatonalizar la cercana Porta do Sol, lo que revalorizará el Casco Vello.

En el caso de La Artística, el solar industrial tiene gran valor urbanístico porque está próximo al mar y a la plaza de América. Las subastas del 2012 y 2013, por 5,6 millones, quedaron desiertas. Es la continuación lógica de la futura reurbanización de Beiramar, donde varias antiguas naves en ruinas serán convertidas en viviendas. Pero a día de hoy, sigue vacío y hay constancia de que van allí a pernoctar indigentes que buscan refugio.

Los bomberos hallaron dos focos separados de fuego en La Artística, señal de que fue provocado

Uno de cada seis incendios en Vigo es por actos vandálicos o intencionados

La Policía Local de Vigo reveló que 124 de los 703 incendios en los que intervino el año pasado en la ciudad fueron provocados por conductas incívicas. Se trataba de gamberros que quemaron contenedores de basura o papeleras o por el hábito de tirar colillas mal apagadas, o bien por actos de vandalismo. Este mismo lunes, los bomberos apagaron dos contenedores de residuos urbanos en llamas, obra de vándalos. A ellos, se suman los fuegos causados por descuidos de indigentes que pernoctan en casas o naves abandonadas.

Un pico en los actos vandálicos fue en la fiesta de Nochevieja, cuando muchos ciudadanos lanzan por la noche petardos o bengalas que impactan en tierra y generan un fuego.

En total, en el 2018, hubo 426 incendios que afectaron a naves, casas y pisos. En el caso de las viviendas, según refiere la Policía Local, los episodios más comunes se producen en los inmuebles abandonados. Una causa habitual es cuando la llama de una vela prende en los colchones o por una colilla mal apagada.

En el caso de las viviendas habitadas, las razones del incendio se deben a la falta de limpieza de la campana extractora o el cortocircuito de algún electrodoméstico. Solo en pisos, el año pasado hubo 38 intervenciones policiales por fuegos en los extractores de humo en las cocinas a la hora de hacer la comida.

En cuanto a las naves, las llamadas son mayoritariamente por falsas alarmas debidas a la quema de rastrojos en las cercanías.

La cifra de intervenciones se redujo un 20,4 % respecto al 2017, cuando hubo 910 incendios.