Las auxiliares de Vulcano aceptan la quita del 25 % para evitar la liquidación del astillero

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO

Los trabajadores de Vulcano en una protesta a finales de enero
Los trabajadores de Vulcano en una protesta a finales de enero Luis Carlos Llera

Los trabajadores urgen el cobro de al menos dos de las seis nóminas que les adeuda la empresa

08 mar 2019 . Actualizado a las 22:36 h.

La plataforma de empresas auxiliares del sector naval que trabaja para Vulcano ha aceptado las duras condiciones impuestas por la empresa y por el Banco Santander para reincorporarse al astillero y finalizar el buque de pasajeros que están construyendo. Cuarenta y siete compañías están agrupadas en una plataforma creada para defender sus intereses comunes y lograr los menores perjuicios para el sector naval. El colectivo está dispuesto a renunciar a parte del dinero que les deben, en concreto aceptan la quita del 25 % (2,5 millones de euros), según señaló un portavoz.

La construcción del barco está parada desde el 14 de diciembre, día en que las empresas auxiliares que realizan trabajos en el buque Villa de Terón salieron del astillero por los impagos de 10 millones. Los acuerdos se plasmarán en un documento que tendrá que ser ratificado y que supondrá ahuyentar el fantasma de la liquidación, escenario en el que incluso ha estado trabajando la propia dirección de la factoría ante las dificultades de sellar un acuerdo.

Los trabajadores de Vulcano aceptaron ya la propuesta de la dirección de cobrar ahora dos nóminas atrasadas y las otras que les adeudan desde septiembre, cuando se acabe el barco. Hoy van a tener una reunión con el Igape para saber cuándo van a poder cobrar, según informó Celso Carnero, de Comisiones Obreras, que está impulsando la resolución del problema. «Los trabajadores están yendo al astillero aunque no cobran y se encuentran en una situación más allá del límite», señaló el sindicalista.

El buque Villa de Teror está muy avanzado pero faltan algunos detalles de pintura, habilitación y electricidad en el interior del barco, un ferri al que le falta menos de un 5 %. El acuerdo alcanzado supone que estos trabajos que faltan se realicen en un plazo de 42 días, después de los cuales el Villa de Teror sería sometido a pruebas definitivas y entregado al armador. El buque ya superó un examen en mar abierto a mediados de octubre desde Ribeira hasta las inmediaciones de A Guarda, y transitó por aguas de la ría de Vigo y las proximidades de las islas Cíes.

Construido el casco en el astillero de Sevilla y a punto en el astillero Vulcano, este buque canguro del siglo XXI mide 139 metros de eslora y 22 metros de manga y mantiene una velocidad de crucero de 22 nudos, aunque en pruebas alcanzó incluso 25 nudos. El barco está propulsado por dos motores Wärtsila que suman una potencia de 34.560 caballos sobre dos líneas de ejes y hélices de paso variable. Tiene capacidad para 1.500 pasajeros, 450 vehículos y 600 metros lineales de carga rodada, con un registro de 15.966 toneladas brutas y 2.300 toneladas de peso muerto. Dispone de piscina, bares, y una zona VIP.

En el casco se aprecia el nuevo logotipo de la imagen corporativa de Trasmediterránea, tras su reciente adquisición por el grupo Naviera Armas. Es el primer buque que la luce.

El acuerdo alcanzado por la plataforma de las auxiliares con las demás instituciones involucradas en el proceso se tiene que extender a todas las empresas del naval que no forman parte de este colectivo. Si todo va bien las empresas involucradas en la construcción del barco podrían regresar al trabajo el día 25 de este mes. Pero primero se tiene que refrendar el documento que recoge los pormenores del contrato con las auxiliares y que contempla un cobro inicial del 30 % de la deuda y de un 45 % al término de los trabajos. El resto de los adeudado no se cobraría.