La aparición en una playa de Vigo de una extraña criatura del abismo marino sorprende a los científicos

Begoña Rodríguez Sotelino
Begoña R. Sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

Manuel E. Garci

La Phronima sedentaria es un crustáceo muy curioso que emplea a otro organismo para alojar y cuidar sus huevos

15 feb 2019 . Actualizado a las 10:23 h.

La aparición en la Ría de Vigo, concretamente en la playa de Samil, de una hembra de Phronima sedentaria le alegró el día, y puede que el mes, al vigués Álvaro Roura. El investigador disfruta como un niño con cara de asombro de la llegada de este raro crustáceo marino a un entorno donde es muy difícil que se pueda ver.

El «bicho», como él mismo le llama, lo encontró de casualidad Mía, la perra de Julio Alonso, pescador y patrón mayor de la cofradía San Francisco. El marinero tuvo tanto olfato como su can y le pareció que la masa viscosa a la que su mascota no paraba de ladrar podía dar juego, así que se la llevó a Iñaki Ferreiro, del centro de buceo Islas Cíes, que a su vez lo puso en conocimiento de expertos en medio marino. Manuel E. Garci, biólogo encargado de la Unidad de Muestreo e Imagen del Medio Marino del Instituto de Investigaciones Marinas, se encargó de la insólita grabación y Roura, biólogo que trabaja en la misma institución, tuvo la suerte de asistir a ese momento excepcional que define, en cuanto a la importancia científica del hallazgo como «una anécdota muy bonita, un regalo que te hace el mar porque son bichos que no viven en la ría ni en la zona costera de manera habitual, solo si se dan unas condiciones oceanográficas de vientos del sur que muevan el agua oceánica y tienes la suerte de que te lo traigan».

El especialista aclara que la especie «no es nueva ni exótica ni su presencia es fruto del calentamiento global». Lo que sí es cierto es que «es muy curiosa porque la hembra tiene un modo de vida y una manera de cuidar a sus crías que es única entre el grupo de animales a los que pertenece que son los anfípodos. Emplea a otro organismo para alojar y cuidar sus huevos. Esa es la parte chula de todo esto», relata.

Roura recuerda que cuando los buceadores contactaron con Garci y le llamó para decírselo, «aluciné porque es el típico bicho que ves en los libros de texto y en los documentales pero no te imaginas que vaya a aparecer al lado de tu casa, porque su ambiente es la profundidad del océano. El biólogo ya conocía a la Phronima sedentaria mientras hacía su tesis sobre los pulpos en mar abierto. «Hacíamos lances a más de 500 metros de profundidad frente a la costa gallega y la de Marruecos buscando larvas de pulpo y los vimos, pero no como la que llegó aquí dentro de su casita, en ese tonel transparente cuidando de las crías que empezaron a eclosionar delante de nosotros. Fue muy bonito», resume el científico que añade que el parecido con la criatura de Alien que se le atribuye al animal marino no es morfológico. No se parece al monstruo del filme. «Lo que es parecido es el modo de vida en cuanto a la crianza de una criatura dentro de un organismo vivo ajeno», aclara.   

La madre y las milimétricas larvas de los extraños crustáceos han vuelto a su medio. Los soltaron al Atlántico y el científico espera que encuentren su camino. «El seguimiento es inviable, pero me encantaría», reconoce.

Roura, experto en zooplacton, está actualmente inmerso en el proyecto Aquopus en colaboración con la armadora Pereira con el objetivo final a dos años vista, de poder poner en marcha en el futuro granjas de cría de pulpos en cautividad y le encantaría que tuviera la misma repercusión mediática.