Los centros de salud de Vigo harán campaña para que los médicos no hagan horas extras

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Los jefes de servicio que dimitieron rechazan integrarse en los grupos de trabajo convocados por Sanidade

09 ene 2019 . Actualizado a las 23:03 h.

Los jefes de servicio de los centros de salud de Vigo se reunirán con el conselleiro de Sanidade para negociar una salida a la crisis de la atención primaria que destapó su dimisión en bloque. En ese encuentro, plantearán una serie de medidas urgentes que debe tomar Sanidade para acabar con el denunciado deterioro de la asistencia sanitaria. Todavía tienen que elaborar una propuesta, pero tanto en la asamblea de facultativos que se celebró ayer como en los sucesivos escritos que han hecho los jefes en las últimas semanas ha quedado claro que la principal demanda pasa por poner fin a la sobrecarga asistencial. Esa será la principal reivindicación que trasladen a Jesús Vázquez Almuíña: hacen falta sustitutos.

Para reforzarlo, está sobre la mesa la posibilidad de no hacer prolongaciones de jornada. Cuando un médico falta, un compañero atiende a sus pacientes. En teoría, esta práctica es voluntaria y retribuida como horas extras, aunque muchos médicos consideran que es pura supervivencia para poder disponer de los días libres y para que no se genere lista de espera. En los próximos días, en los centros de salud se van a hacer reuniones para fomentar que los médicos decidan renunciar a las prolongaciones. La decisión es individual, porque son horas extras retribuidas. Hay facultativos que incluso las hacen en centros de salud distintos al suyo. Es a través de las prolongaciones como se llega a esas jornadas en las que un solo médico acaba atendiendo a 60 enfermos. Un facultativo llegó a tener 92.

Si de manera masiva se dejan de hacer prolongaciones de jornada, se puede producir lista de espera para el médico de familia, algo que contradice la propia filosofía de la atención primaria, que se basa, sobre todo, en la accesibilidad. Habrá que ver cuántos médicos y pediatras se suman. De entrada, los que acudieron a la asamblea de ayer -en torno a 60- sí son partidarios de que suspender las prolongaciones. Además, los jefes de servicio incluso quieren dejar de organizar esas prolongaciones, en caso de que haya médicos que las hagan. Hasta ahora, formaba parte de sus tareas de coordinación. Pero ayer dejaron claro a sus compañeros que a partir de ahora no las organizarán. Quedarán en manos de la dirección del área sanitaria.

De este modo, quieren llegar a la reunión con el conselleiro poniendo en evidencia el problema de la sobrecarga. Mientras, los propios mandos intermedios insisten en que se siguen considerando dimitidos, a pesar de que el Sergas rechazó formalmente su cese. Como explicó Luciano Garnelo, de Colmeiro, estarán dimitidos «hasta que se pongan soluciones reales al problema».

El problema para Sanidade es que desde el minuto uno de la crisis viene repitiendo un mantra: no hay médicos en paro en ningún sitio de España. Sin médicos en paro no se puede contratar a sustitutos. Y sin sustitutos, la sobrecarga no podrá desaparecer. Habrá que ver qué ofrece el conselleiro a los doctores. Pero en el colectivo hay una idea que ha quedado clara: si ahora no se ponen soluciones concretas y urgentes, la crisis irá a peor. Es la pura evolución de los acontecimientos: el colectivo ha aceptado negociar después de haber dimitido, así que la lógica indica que si no logran nada el conflicto se recrudecerá.

Es una negociación con líneas rojas. La principal es que no quieren integrarse en los grupos de trabajo convocados para la mejora de la atención primaria de toda Galicia. Es una decisión en la que existe consenso entre los médicos y pediatras que dimitieron. El colectivo ha llegado a la conclusión de que en los últimos años ya se han hecho demasiadas dinámicas de grupos. Como resumió el jefe de servicio de Sárdoma, Manuel Domínguez Sardiña, «ya está claro lo que hay que hacer». Esos grupos se crearon como respuesta a su dimisión y ninguno de ellos fue invitado a participar. De Vigo solo hay un jefe de servicio, uno de los pocos que no presentó la dimisión.

Ayer, después de la reunión de jefes, se celebró una asamblea de médicos y algunos expresaron que eran partidarios de no negociar nada, según confirman varios de los presentes. Fueron los propios coordinadores de los jefes los que tuvieron que defender que esa era una postura de consenso que habían alcanzado para salir de una vez por todas del conflicto. Así que pedirán la entrevista al conselleiro.

Las llamadas de Almuíña

En los últimos días el gerente del área sanitaria, Félix Rubial, estuvo llamando a muchos de ellos para decirles que, al no aceptar la dimisión de los 25, se les estaba invitando a participar en la búsqueda de una solución de mejora para la atención primaria. A algunos incluso los llamó el propio conselleiro, Jesús Vázquez Almuíña, que conoce personalmente a la mayoría porque él mismo es médico del área de Vigo. 

Otra cosa es lo que pueda hacer en esa reunión. El conselleiro ya se entrevistó con un grupo de jefes pocos días antes de que presentasen su dimisión en bloque. Trató de frenarlos. Pero los médicos se quedaron con la sensación de que no se les ofrecía ninguna solución concreta. De ahí que ahora los jefes digan que plantearán medidas que se deberán tomar de manera urgente. Un grupo de trabajo del colectivo diseñará esas peticiones.

Tras su renuncia de hace un mes, los jefes de servicio elaboraron una lista de cuatro puntos básicos. El principal era el de la sobrecarga. Otro pedía contratos estables para los residentes que finalizan su formación. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, anunció que se harían contratos con una duración de uno a tres años. La promesa no se ha plasmado en nada tangible todavía y los médicos quieren que esos contratos empiecen a activarse ya, porque los residentes finalizan su formación en mayo.

Dentro de esos cuatro puntos, además de poner fin a la sobrecarga y los contratos estables, había otros dos: eliminar las barreras de acceso de los pacientes al hospital y un plan de reposición de material e inversiones en los centros de salud. El primero tiene que ver con las listas de espera, que para algunas especialidades son demasiado largas. También tiene que ver con la teleconsulta, ya que los médicos no están de acuerdo con que sea la vía única de acceso a las especialidades del hospital. El segundo se refiere a la osbsolescencia del material de algunos centros de salud, donde no se repone aparataje desde hace años.

Además, en la reunión de ayer se decidió integrar las reivindicaciones de los puntos de atención continuada (PAC) dentro del lote que se presente al conselleiro. Las urgencias extrahospitalarias también forman parte de la atención primaria y llevan un año protestando sin que se llegue a una solución. Tienen en común un problema: la falta de sustitutos, que provoca que sean los propios trabajadores de los PAC los que tengan que cubrir las ausencias de sus compañeros.