Cierra la unidad que trataba en su casa a enfermos terminales de cáncer

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

El Sergas asegura que será el servicio de hospitalización a domicilio el que se haga cargo de los enfermos a partir de ahora
El Sergas asegura que será el servicio de hospitalización a domicilio el que se haga cargo de los enfermos a partir de ahora M.MORALEJO

El Sergas dice que asumirá a los pacientes en HADO; la AECC despide a la médica

29 nov 2018 . Actualizado a las 13:46 h.

Vigo ha perdido la única unidad de cuidados paliativos que acudía a los domicilios de los pacientes terminales para ayudarles a morir en unas condiciones dignas. La unidad pertenecía a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la cerró el 31 de octubre porque, según la presidenta provincial, María Josefa Crespo «ya no existía ninguna en España, salvo una en Madrid que tiene un convenio hasta el próximo año».

En el momento del cierre había algo más de quince pacientes, explica la médica María Ángeles Pereira, responsable de la unidad desde que se creó en 1993 y ahora despedida, junto con una enfermera. Como la AECC iba a cerrar la unidad, el servicio de oncología del Hospital Álvaro Cunqueiro dejó de derivar pacientes en las últimas semanas. Pero aún quedaban más de quince el 31 de octubre y en ese momento se quedaron sin otras opciones de atención domiciliaria: «Unos pocos pasaron a hospitalización a domicilio. El resto... creo que acabaron todos yendo a urgencias», explica la médica.

La dirección del área sanitaria explica que el servicio de oncología, del que dependía la unidad, revisó cada caso y se decidió qué hacer con cada uno: si enviarlo a HADO o perder la atención domiciliaria. Es decir, oncología asumió a los pacientes que quedaban colgados y decidió un plan para cada uno.

Esta unidad trataba a enfermos de cáncer sin cura. Accedían cuando en el servicio de oncología detectaban que empeoraban y ya les costaba mucho ir a consultas. La unidad de paliativos de la AECC los llamaba todas las semanas y los visitaba según sus necesidades. «Tenían nuestro móvil; si se encontraban mal, nos llamaban», dice la doctora Pereira.

Así que muchos de esos más de quince pacientes pasaron de tener una atención a domicilio a no tenerla. En principio, el servicio de oncología hace el seguimiento de estos pacientes. Cuando deja de poder acudir al hospital, hay varios opciones: la principal es el médico de familia, pero la sobrecarga de los centros de salud es fuerte y muchos no pueden hacer visitas a domicilio muy regularmente; otra es la unidad de paliativos del Meixoeiro, que supone ingresar en el hospital; y otra es hospitalización a domicilio, que atiende a pacientes en sus casas cuando tienen criterios para ser hospitalizados.

La dirección del área sanitaria dice que será este último servicio, conocido como HADO, el que se hará cargo de los cuidados paliativos a domicilio aunque reconoce también, a través de un portavoz, que el servicio no se ha reforzado. Además, no todos los enfermos que están en la fase final de su vida cumplen criterios médicos para ser hospitalizados. Según la doctora Pereira, la estancia media en la unidad de la AECC era de 70 días, cuando en HADO no llega a los 30. «Nosotros, cuando cogíamos a un paciente, nos comprometíamos a acompañarlo hasta el final», dice. HADO no es así, porque funciona como una planta de hospital.

La AECC asegura que se va a centrar en la labor psicosocial: «Tenemos un trabajador social y 4 psicólogos, que atienden a unas 3.700 personas al año. Lo sanitario le corresponde a la sanidad pública», explica María Josefa Crespo.

75.000 personas han firmado ya contra la clausura

La unidad de cuidados paliativos de la AECC solo cubría la antigua área del Meixoeiro, para la que nació en 1993. El oncólogo radioterápico Manuel Caeiro inició hace un mes una recogida de firmas en la plataforma Change.org para que la Asociación Española Contra el Cáncer no cerrase la unidad. Tras una tímida respuesta, en los últimos tres días ha recabado más de 25.000 apoyos. Anoche rondaba ya las 75.000 firmas.