El Rápido no solo salvó un punto ante el equipo revelación sino que mereció más. Porque tuvo respuesta al tanto inicial de Perales a la media hora y en el segundo tiempo no solo fue capaz de empatar desde los once metros con un acertado lanzamiento de Diz, sino que tuvo la valentía suficiente para creer en la remontada, pero le faltó puntería.
El equipo de Míchel Alonso en ningún momento fue inferior al Sanse. Salió bien y envió un par de avisos antes de que el juego se nivelase, pero una contra definida con un certero tiro cruzado de Perales puso el partido cuesta arriba y dejó tocados a los de Bouzas.
El entrenador local lo arregló con un par de cambios en el descanso. A la vuelta del vestuario los aurinegros comenzaron a inclinar el campo y tras un aviso de Pablo Antas llegó el penalti del Sanse por unas manos dentro del área. Diego Diz, uno de los hombres que entró de refresco, engañó a Morales y firmó el empate con media hora por delante.
Y durante este tiempo los rapidistas no se dedicaron a especular sino que el tanto les dio alas y confianza. Comenzaron a combinar con criterio, buscaron las bandas (especialmente la izquierda) y metieron en la cueva al Sanse. Les faltó puntería, especialmente a Kiko que tuvo la más clara.
En el descuento, los madrileños enviaron un par de avisos cuando los locales ya pagaban el descomunal esfuerzo.