La excavación del Trega saca a la luz una casa galaica única con escaleras

Monica Torres
mónica torres A GUARDA / LA VOZ

VIGO

M.MORALEJO

Los expertos igualan los hábitos de consumo del poblado con Híspalis o Tarraco

05 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los galaicos que vivían en el monte Santa Trega en los albores de la era cristiana, allá por el siglo I, disfrutaban de vinos traídos desde Italia y la Bética, desde donde recibían también pescados en salazón y los regaban con auténtico aceite andaluz, que ya entonces era el más cotizado. Muchos trabajaban en la agricultura, pero también en la pesca, o en las explotaciones de oro del entorno y en las salinas, era una población muy desarrollada. Son las primeras pinceladas del arqueólogo de la Diputación Rafael Rodríguez, sobre la sociedad del barrio de Mergelina, el más desconocido hasta ahora del castro y sobre el que ha trabajado en los últimos cuatro años.

Ha sido una labor ingente que ha aportado información trascendental sobre este enclave, un monumento histórico artístico nacional sobre el que se empieza a hacer justicia tras casi un siglo sin actividad arqueológica.

Ha habido sorpresas hasta el final. La última ha llegado durante las labores de restauración y consolidación en las que trabaja la firma Terra Arqueos y que acaban de rematar. «Hemos localizado una casa galaico-romana con una escalera exterior y cronológicamente está en la última fase de ocupación de todo el monte», indica Rafael Rodríguez. Es única en la provincia pero no en Galicia, con ejemplos en Lugo o en el Castro de Chano en León, que, precisamente también sacó a la luz Luis Francisco López, de Terra Arqueos.

«Esta fase de estudio de las áreas perimetrales y restauración ha aportado más elementos importantes desde el punto de vista de la comprensión arquitectónica del poblado, nos acercan aún más a la última fase de ocupación, al siglo I de nuestra Era», indica Rafael Rodríguez. Incluye en este apartado la jamba de una puerta decorada con fogueado, de entre 45 y 50 centímetros, localizada hace unas semanas en muy buen estado de conservación.

«Es sorprendente porque no hay muchos ejemplos de construcciones con escalera en castros del Noroeste. Está el de Santomé en Ourense, pero es romano y sí, la del Trega es algo parecido, porque son estructuras cuadradas con las esquinas redondeadas y que en la parte exterior tienes unos escalones para subir a un primer piso», señala el arqueólogo. No se localizó en la fase de excavación del barrio, «porque estaba en una zona que tenía derrumbes y por eso la habíamos dejado para la fase de restauración».

«La intervención nos ha valido para comprender las dinámicas sociales a través de las arquitecturas», destaca Rafael Rodríguez. Según los hábitos de consumo, «el Trega está en la línea de grandes urbes romanas, sobretodo como Hispalis y Tarraco, porque tenemos el mismo tipo de ánforas y, además, en volúmenes importantes».

Han confirmado aspectos que antes de esta actuación promovida por la Diputación se ponían en duda, «porque se evidencia que sí existían desigualdades sociales». Destaca también el especialista que «hay claras diferenciaciones entre los espacios públicos y privados, porque hay muros y puertas que cierran las casas así como un urbanismo pensado ya que vemos cómo se ha construido agrupándose en calles».