El acusado de intentar matar a otro en Vigo por unos aguacates: «Yo fui de legal y él me quiso avasallar»

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El implicado dice que la víctima era un aprovechado que se quería apropiar de la fruta que él estaba recogiendo de un árbol público en Teis

24 oct 2018 . Actualizado a las 15:33 h.

El acusado de intentar matar a otro con una barra de hierro tras reñir por unos aguacates ha alegado en el juicio, celebrado hoy en Vigo, que actuó en defensa propia: «Él me mandó un cadenazo, yo tenía miedo por su perro de raza pitbull, le golpeé sin calcular nada, mi mente estaba en blanco por la tensión». Además, alegó que sufre trastornos psiquiátricos como «paranoia».

La vista se ha celebrado esta mañana en la Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede de Vigo. Los hechos ocurrieron en el día de Navidad del 2016, cuando el implicado, Fernando C. P.,  que padece trastornos vinculados al consumo de droga y psiquiátricos, fue a un árbol público a recoger aguacates en Teis. Según retiraba los frutos de las ramas los tiraba al suelo. Dice que lleva años recogiendo esta fruta y que luego se los regala a un centro de monjas que atienden a indigentes, por eso, acudió al lugar con un carrito.

Según su versión, otro vecino paseaba un perro suelto y se paró a recoger todos los aguacates del suelo, motivo por el que el acusado le reprochó su actitud. Según su versión, el vecino le amenazó con la correa del perro y le fustigó con ella. En ese momento de la riña, el implicado reconoce que agarró una barra metálica del suelo y, «por mala fortuna», golpeó en la frente a la víctima y le facturó el cráneo. 

La defensa del implicado, un extoxicómano, insiste en que el acusado padece múltiples trastornos psicopatológicos y de toxicomanía, así como otras dolencias crónicas. El acusado cambió su apellido antes del juicio, por lo que no coinciden sus datos en los informes médicos.

Negó que conociese a la víctima. «Fui a coger aguacates, le regalaba a todo el mundo que pasaba por abajo que me pedía, pero este señor empezó a coger él y le dije que no se los llevase todos sino solo uno. Me enseñó la cadena del perro y yo que quedé con la mente en blanco porque estaba asustado por su perro, tenía pensamientos de que se me echase encima y me mordiese». 

El implicado relató al fiscal que el otro hombre «vino hacia mí, insistí en mi protesta y me dio un cadenazo y lo paré con el brazo. En el suelo había un hierro y le di un golpe, todo junto», contó al tribunal. 

El acusado acumula nueve condenas anteriores. Añadió que la cadena era de hierro con un candado y asegura que le dejó rascazos pero la Fiscalía le replicó que eran de brazo. «Yo todos los sucesos que hice me los busqué pero esta vez yo iba de legal y regalaba la fruta. Este señor me quería asoballar y que yo achantase», añadió. 

El acusado aseguró que el perro de raza pitbull era «muy musculoso» pero su descripción del can no coincide con las fotos entregadas al tribunal. Añade el acusado que el perro «no me atacó». Comenta que la barra era «una cosa hueca medio oxidada de aluminio», de un metro. «Le di un golpe donde salió, no calculé nada por la tensión, luego le vi que le di en la cabeza», añade. «Él estaba de frente preparando la cadena, le di lento», relató. 

Tras la agresión, según el implicado, el otro fue a su casa y volvió con un cuchillo con más gente «y salí de allí».

El implicado contó que se inyectaba droga desde los 14 años pero que hace 18 se quitó tras sufrir un grave accidente con la moto que le dejó secuelas mentales. Tiene reconocida la discapacidad y cobra una pensión mínima. «En ese tiempo, dejé de ir a las consultas y de tomar medicación, creí que me habían dado de alta», comenta. Relató diversos trastornos «porque oigo rumores de la gente al pasar yo o hacen gestos conmigo». Está siendo auxiliado con la asociación Emaus para ir al psiquiatra y toma la medicación y pasa el tiempo en una finca de la oenegé Alborada.