El Guardés quiere más historia

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Deberá remontar dos goles ante el Hypo para acceder a tercera ronda

21 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A lo largo del último lustro en A Sangriña se han especializado en momentos importantes. La fiel afición del Guardés fue el jugador que ayudó a su equipo a alcanzar el Olimpo y ser campeón de liga, a clasificarse para Europa, a superar eliminatorias y reescribir una y otra vez la historia del humilde club de un pueblo que ha convertido al balonmano femenino en su mejor tarjeta de presentación. Una hazaña por duplicado.

Por todo esto, cuando a las siete de esta tarde José Ignacio Prades y sus guerreras pisen la pista del pabellón para enfrentarse al Hypo austríaco en la vuelta de la eliminatoria de la Copa EHF, la primera batalla estará ganada. Porque la afición del Guardés ha funcionado a modo de guardia pretoriana de su equipo en los buenos y en los malos momentos, y hoy está llamada a ayudar al grupo a dar la vuelta al marcador de la ida.

El 22-20 que cuajó en el partido de Austria dejó abierta la eliminatoria. A priori, remontar dos goles no resulta un imposible, y menos teniendo en cuenta el factor cancha. Pero en A Sangriña no quieren confianzas. Prades exigirá a sus huestes elevar el nivel de juego en todos los aspectos respecto a la contienda de ida. Desde incrementar el rendimiento defensivo ante el campeón austríaco ?y actual líder de su liga?, a mejorar las prestaciones ofensivas frente a un cuadro de mucha envergadura y peso.

El Hypo, un club importante en el concierto del balonmano femenino europeo, se ha bregado en mil batallas a lo largo de los años, por lo que en el vestuario de A Guarda son conscientes de que deberán ganar el pulso del control del juego. Las de Prades tienen que intentar por todos los medios poner el partido donde quieren, no caer en la telaraña de las austríacas, que pueden jugar con la baza de la necesidad de remontar del rival. Acceder a la tercera ronda de la Copa EHF está en juego, y de ahí que las de A Sangriña tengan que poner toda la carne en el asador, pero sin dejarse llevar por la precipitación, un enemigo que siempre sobrevuela en partidos de este tipo.

En el encuentro de ida las pérdidas de balón jugaron una mala pasada al Guardés, que ha tomado buena nota de lo visto en la pista de Austria para corregir fallos y perfilar la nueva estrategia a seguir.

El equipo del Baixo Miño tiene en su mano alcanzar su mejor resultado en una competición internacional, y para intentarlo Prades tendrá a su disposición a toda la plantilla. Nadie quiere faltar a una cita histórica como la de esta tarde.