Audasa no aclara si el badén instalado en Rande será permanente

Manu Otero VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El resalto está señalizado, pero los conductores lo consideran peligroso y poco visible

25 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ocho meses después de la inauguración de la ampliación del puente de Rande, la obra no solo continúa en marcha sino que sigue generando molestias a los usuarios de la autopista. Las kilométricas retenciones han desaparecido en los últimos meses, pero los cortes puntuales de algunos carriles del viaducto todavía se producen a menudo, los obreros siguen trabajando a diario sobre el puente y bajo los tableros y las casetas de obra bloquean los aliviaderos de las alas exteriores. Sin embargo, fue la instalación esta semana de un badén en medio de los carriles centrales del puente en dirección a Pontevedra el último suceso que ha motivado las críticas de los usuarios. «Yo pasé y al ser de color negro ni se nota que está ahí», alerta una usuaria de la AP-9.

La colocación del badén en medio del puente motivó la llamada de varios usuarios a la concesionaria. La Voz pudo tener acceso a una de estas conversaciones en la que un trabajador de la concesionaria explicaba que tiene como función aislar del contacto con los vehículos una de las juntas de dilatación de la estructura. Sin embargo, desde la empresa no confirman si se trata de una medida provisional o permanente. «Dependerá de lo que decida el ingeniero», excusan.

El badén lleva situado a la entrada del viaducto en el tablero central de salida de la ciudad desde la jornada del miércoles. A pesar de que el obstáculo cuenta con señales de obra que alertan de su presencia, muchos conductores han expresado en las redes el peligro que supone este resalto en plena autopista. En las ciudades, este tipo de medidas se emplean como reductores de velocidad, pero en el caso de Rande es el mismo que en el resto del puente, 80 kilómetros por hora. «Ayer pase por ahí y no me maté de milagro, frené todo lo que pude, pero el coche que venía de trás de mí no lo hizo. No me llevó por delante porque me arrimé todo lo que pude a la derecha y el coche pegó un brinco, que pensé que se caía por el puente», relata otro conductor en un debate surgido en las redes sociales. «Es de locos colocar este badén en la entrada del puente y con una señalización de 80 km», añade el mismo afectado.

Apenas tres días después de su instalación, las marcas de frenadas de los vehículos en el asfalto evidencian el peligro que supone este obstáculo para la seguridad vial. Muchos conductores reducen la velocidad de forma brusca al darse de bruces con el badén aumentando las posibilidades de que se produzca una colisión por alcance. Otros, en cambio, no consiguen reducir la marcha a tiempo y pegan un bote al pasar por encima del resalto.

Desde el Ministerio de Fomento, responsable de la autopista, no han podido dar una explicación sobre la colocación de este badén y están a la espera de recabar información de Carreteras y de la propia concesionaria antes de emitir un juicio.

Las obras aún no están rematadas pero ya hay planes para realizar una nueva ampliación

 

 

La concesionaria de la AP-9 aceptó el encargo del Ministerio de Fomento para realizar en los próximos meses un proyecto que plantee propuestas para llevar a cabo una nueva ampliación de capacidad del viaducto si el nivel de tráfico se dispara y deja pequeña su nueva configuración. Ese documento debe recoger soluciones que permitan realizar esa segunda ampliación provocando el menor perjuicio posible al tráfico rodado.

Otro de los frentes abiertos entre Audasa y el Ministerio está relacionado con la interposición de un contencioso administrativo contra Fomento por no haberle autorizado todavía a subir los peajes de la AP-9 en dos ocasiones más este año para compensar las obras hechas en Rande y Santiago. La concesionaria entiende que tendría derecho a aplicar una subida del 1 % en el precio desde el 1 de enero para comenzar a recuperar la inversión realizada en ambas ampliaciones.