40 años en el «camino del puño y la patada»Director del Centro Budo Castrelos

Víctor Currás VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

Jose Luis Álvarez dirige la escuela de taekuondo más antigua de Galicia con alumnos de cuatro a 83 años

23 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Según explica en su página web el Centro Budo Castrelos, el taekuondo consiste en «el camino a través del puño y la patada», siguiendo su traducción del coreano. Si hay alguien que puede hablar de ese camino es el propio director de la escuela, Jose Luis Álvarez. Este hijo de emigrantes gallegos en la posguerra cumple 40 años como profesor y director del centro, el decano de Galicia en estos momentos.

Eran los años 70 y las películas de Bruce Lee triunfaban entre los jóvenes. La llegada de algunos maestros desde Corea propició la aparición de las primeras escuelas de taekuondo en Galicia. Entre ellas nacería en 1977 la de Santiago Durán Alonso, el primer cinturón negro de Galicia. En el barrio de Castrelos, y atraído por esta disciplina de artes marciales, Jose Luis comenzó sus entrenamientos al año siguiente en el Centro Budo. En tan solo dos cursos conseguiría también ser cinturón negro y en 1982 se convirtió en profesor.

Durante estas cuatro décadas, la escuela se ha transformado en toda una institución en el barrio y el deporte vigués. De sus clases han salido la gran mayoría de profesores que han abierto sus propios gimnasios en la ciudad. A lo largo del curso escolar más de 150 alumnos participan en sus clases de taekuondo. Desde el grupo más joven, de 4 a 7 años, hasta veteranos como el tudense Oswaldo Gándara con 83, quien se ha convertido en un referente para todos los demás.

Niños que acuden como a otras tantas actividades extraescolares, trabajadores de Citroën que van por las mañanas o adultos que deciden iniciarse pasados los 50 años. La escuela ha abandonado la rigidez de sus inicios y se centra más en el aspecto lúdico y deportivo de la disciplina.

Hubo un tiempo en el que hablar de la Asociación Deportiva Budo significaba hablar del mejor equipo gallego de taekuondo. «Durante los años 90 había campeonatos en los que ganábamos todas las categorías, de cadete a absoluto. Ahora solo voy cuando veo a alguien con perseverancia», cuenta José Luis Álvarez.

Él dirige en solitario un centro que durante el curso funciona de lunes a viernes, mañana y tarde, aunque durante el verano el número de alumnos baja y solo lo hace lunes, miércoles y jueves.

A través del deporte Jose Luis busca transmitir valores que en su opinión ya no están presentes en la enseñanza. «El taekuondo requiere una disciplina de trabajo que consiste en la repetición. Hay algunos padres que si ven que su hijo no está contento del todo lo cambian de deporte». Sin embargo, esto también juega a su favor ya que hay adultos que precisamente se inician buscando mantener una buena forma física a través de las artes marciales.

Tras triunfar con su club, José Luis fue llamado por la Federación Gallega como seleccionador. Desde el 2002 realizó trabajos de preselección y viajes, destacando tres visitas a Corea para poder aprender de los mejores del mundo.

Ahora la falta de tiempo provoca que casi no acuda a las competiciones. Este año uno de sus alumnos conseguía el bronce en el nacional cadete pero para él eso ya no es una prioridad. «Cuando llegaron los coreanos eran gente muy rígida que venían de guerras. Ahora el taekuondo ha evolucionado y se dedica a guardar unos valores. Les explico a los padres que los niños deben perseverar aunque se cansen. Hay que sufrir un poco para conseguir lo que nos proponemos».

Pese a los éxitos y el reconocimiento, para él lo más importante son los lazos de amistad tras cuatro décadas con exalumnos. Todavía se emociona cuando aquellos a los que acompañó de la niñez a la universidad regresan del extranjero y acuden a visitarlo con sus hijos al gimnasio vigués.

Budo y Jose Luis Álvarez han creado escuela y no parece que se canse de ello. Su perseverancia y 40 años de experiencia como profesor les avalan.