Los radiólogos de Galaria demandan al Sergas para mantener la resonancia

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

SERGAS

Dicen al juzgado que el Chuvi no puede darles órdenes ni organizar su trabajo

20 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La guerra de la radiología desatada en los últimos meses en el área sanitaria de Vigo no solo se libra en los despachos del Servizo Galego de Saúde, sino también en los tribunales. Los radiólogos de Galaria han llevado al Sergas ante el juez por el plan de integración de su unidad de resonancia con el servicio de radiodiagnóstico del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi). El juzgado de lo contencioso-administrativo tendrá que decidir si ese plan es legal.

Se presentó hace dos años y pretendía que por primera vez en dos décadas los dos servicios de radiología de Vigo trabajasen juntos. Vigo es el único lugar de Galicia con dos servicios de rayos: uno en el hospital que hace todas las técnicas menos la resonancia y una empresa pública (primero Medtec, luego Galaria) que tiene la exclusiva de las resonancias y las vende al hospital. Los radiólogos del hospital llevan dos décadas reclamando tener acceso a esa técnica, la más avanzada de su especialidad.

El plan presentado en mayo del 2016 aglutinaba a todos sobre el papel. Nada se avanzó hasta febrero. En ese momento, los radiólogos del Chuvi empezaron a hacer algunas resonancias. En ese momento, los radiólogos de Galaria se revolvieron. Llevaban dos décadas haciendo solo resonancias, con una reconocida capacidad técnica pero con una cuestionada organización administrativa. Presentaron primero un recurso administrativo y luego una demanda en el contencioso.

Los profesionales protestan contra el hecho de que el jefe de servicio de radiología, Xan Vieito, comenzase en febrero a programar la actividad y las agendas en las máquinas de resonancia, que son propiedad de Galaria. Los radiólogos de la empresa pública reivindican su independencia: «No mantenemos dependencia orgánica o jerárquica con la EOXI [la Estrutura Organizativa de Xestión Integrada, que es la dirección de los hospitales y centros de salud]» y las acciones del jefe de servicio constituyen «una flagrante intromisión en nuestra autonomía de gestión».

Se reivindican al margen del Sergas. En rigor, lo están. Pero también en rigor, el presidente de la empresa pública es el conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña, y su consejo de administración está compuesto por toda la dirección del Sergas. Además, forman parte de un área de servicio compartido del área de radiología que está dirigida por el propio Xan Vieito.

En todo el proceso de integración se produce un choque frontal entre la dirección del área sanitaria de Vigo -y parte del Sergas-, que es partidaria de diluir la unidad de resonancia dentro del servicio de radiología del Chuvi, y la dirección de Galaria, que es partidaria de dejar las cosas como están. La dirección de Galaria la ostenta la exconselleira de Sanidade Rocío Mosquera, cesada, según Alberto Núñez Feijoo, por los problemas en la puesta en marcha del Hospital Álvaro Cunqueiro.

Al empezar a asumir resonancias los radiólogos del Cunqueiro y del Meixoeiro, Galaria tendría que hacer tacs y ecografías, pero también se ha resistido a ello desde hace meses.

Hasta el mes de junio, el Sergas no lanzó el plan operativo de la resonancia en Vigo, que venía a desarrollar la integración anunciada dos años antes. Ese plan reserva a Galaria el 65 % de las pruebas. Según fuentes jurídicas, la ausencia de un plan desde el mes de febrero es lo que motivó el recurso de los radiólogos de Galaria. Pero ese plan ya ha sido recurrido, a su vez, por la otra parte, los radiólogos del Chuvi, y podría acabar también en los tribunales.

Mientras, la discreta maniobra de los jefes de servicio del hospital ha consistido en presionar al conselleiro de Sanidade, presidente tanto del Sergas como de Galaria, para que integre de una vez por todas la resonancia en el Chuvi. Almuíña les prometió hacer un nuevo plan para septiembre. Esta por ver si eso impide que todo estalle ante un juez.