Carlos Núñez critica que el Concello gaste medio millón en Maná y poco en música gallega

carlos pereiro, manu otero VIGO / LA VOZ

VIGO

Oscar Vázquez

El gaitero pide a los gobiernos que apuesten por la música gallega

17 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Tivemos en Vigo as Cantigas de Martín Códax, ¿canto investiron Concello, Deputación e Ministerio de Cultura en facer cousas que de verdade chegaran á xente? Fóronse e ninguén aprendeu a cantar unha. Moitos non saben nin que son música. Non hai cartos para iso, pero logo en Castrelos, nunha soa noite, gástanse 450.000 euros. É algo destrutivo». Es la crítica del gaiteiro vigués Carlos Núñez a la política del gobierno vigués, que apuesta por pagar grandes cifras a bandas internacionales que ya han pasado por su mejor momento en lugar de potenciar la cultura musical local. El dardo del abanderado de la música folk gallega se dirige a la inversión realizada por el Concello para la contratación del grupo mexicano Maná que actuará el día 23 en el auditorio de Castrelos y cuyo coste asciende, como publicó La Voz, a 478.000 euros. «É a utilización de cartos públicos para pagar pagas infladas, que non son reais», denuncia el gaitero.

En una entrevista publicada el viernes en el suplemento Fugas de La Voz, Núñez evidencia el malestar de los músicos gallegos, que sienten que compiten en inferioridad de condiciones contra los grandes artistas globales. «Neste país o mainstream é pagado con cartos públicos mentres que a música tradicional debe vivir da billeteira. É algo inxusto, e estou disposto a loitar contra elo», declara el intérprete, cuya productora tiene sede en Vigo.

Las demandas del colectivo que representa Carlos Núñez no se centran solamente en la concesión de ayudas o subvenciones. Demandan un cambio estructural. «¿Alguén imaxina que un Concello repartira burgers fronte a un local que venda produtos frescos galegos? É imposible. Pois isto é o que se está a facer coa música», ilustra.

El directo de Maná en el auditorio de Castrelos con entradas gratuitas para la mayor parte del público, solo un 3 % del aforo máximo pagan 10 euros por estar en el foso, implica un gasto que lo sitúa a la altura de otras citas musicales históricas vividas en la ciudad. Solo conciertos históricos como el de Madonna en Balaídos en 1990 o el de los Rolling Stones en 1998 implicaron un desembolso mayor. Con una diferencia, ninguna de las dos actuaciones eran gratuitas por lo que generaron ingresos para paliar la inversión a través de la venta de entradas. El recinto se llenó en ambas citas. Otra consecuencia del concierto de Maná es que Vigo vuelve a situarse en la agenda estival de directos con grupos de fama internacional.