Cóctel italo-croata en la arena viguesa

Míriam Vázquez Fraga VIGO / LA VOZ

VIGO

Laura León

Andric y Farabegoli, del Xuvenil de Teis, forman pareja de volei-playa en algunos torneos durante el verano

15 jul 2018 . Actualizado a las 23:27 h.

Dicen que son «pisteras», pero que solo por pasar el verano en la playa les merece la pena jugar al volei sobre la arena. La croata Tea Andric y la italiana Federica Farabegoli forman una pareja explosiva. Jugadoras del Xuvenil de Teis, confiesan que se las conoce como «las guiris», «las internacionales» o incluso «las feas» desde que un día su técnico mezcló sus nombres y llamó a una de ellas así. «No nos parecemos en nada físicamente, pero como somos las extranjeras, Celso (Veloso) nos confunde», cuentan ellas entre carcajadas antes de un entrenamiento en Samil.

Las jóvenes no compiten juntas durante todo el verano, sino que tienen otras parejas habituales. Pero el fin de semana pasado se juntaron logrando un tercer puesto con el que no se conforman ?«¡pudimos hacerlo mejor!», coinciden? y lo harán más veces durante el verano. ¿El motivo? Que ellas siempre están disponibles. «Nuestras compañeras tienen obligaciones que a veces les impiden estar. Una de ellas tiene niños y cuando el torneo es de esta fuera todo el fin de semana, no pueden ir. Ahí es donde nos juntamos nosotras», relatan satisfechas.

Federica se trasladó a Vigo por estudios hace cuatro años y, ahora, casada con un vigués, está completamente asentada en la ciudad. Cuando Tea llegó también para continuar su formación, Federica fue su gran aliada. Las dos tenían en común ser extranjeras, apasionadas del voleibol y que aterrizaban en un lugar nuevo. «Conectamos enseguida y nos hicimos buenísimas amigas», señalan ambas.

Ese vínculo que mantienen se nota cuando comparten pista en la playa. «Tenemos mucha confianza, nos entendemos bien y se refleja, aunque siempre hay cosas que matizar y mejorar», señala Tea. Fede corrobora que «en este deporte es fundamental encontrarse a gusto con la otra persona. Si no hay esa confianza no consigues crear el juego que quieres». Aseguran que más que piques por que la otra falla, pueden llegar a «discutir entre comillas» por lo contrario. «Sería más un ‘no es tu culpa, es la mía’», se sincera la croata. Aunque a la vez su amiga confiesa que tienen la suficiente familiaridad para decirse «‘mira, que igual esto podrías hacerlo así’. Como ninguna es experta en volei playa, se asume que hay mucho margen de mejora».

Cuando Farabegoli y Andric llegaron a Vigo apenas tenían experiencia en volei playa. «En nuestros países las temporadas de las dos disciplinas coinciden en parte en el tiempo y no está bien visto compaginar. Incluso los entrenadores lo prohíben», revelan. En España, con la liga terminada en marzo, esta modalidad les sirve para mantenerse en forma, dicen. «Si no estaríamos casi medio año paradas y luego para arrancar es muy complicado. ¡Por eso las mayores del equipo estamos todas aquí, mientras que las jóvenes prefieren disfrutar el verano de otra manera!».

Para ellas el volei playa también supone disfrutar, aunque es muy distinto a su hábitat natural, enfatizan. «Lo que en pista lo hacen seis, aquí se lo reparten dos. Un saque que piensas que en la vida podrías fallar en el pabellón, aquí sí lo fallas. Es más presión y responsabilidad», indica Tea. Federica enumera más diferencias: «En pista necesitas más rapidez y explosividad y en la arena, más resistencia. Tu cuerpo tiene que cambiar el chip y acostumbrarse a un tipo de esfuerzo diferente», desgrana.

Aunque para ellas la pista es «volver a casa», cada vez le cogen más el gusto a la playa. Y como ese tercer puesto les supo a poco, para la próxima prometen «motivación para ir a por más».