Limpiar la zona cero costará un millón

m. Torres / J. Romero TUI / LA VOZ

VIGO

Retirada de escombros tras la explosión de la pirotecnia Calo en 2006
Retirada de escombros tras la explosión de la pirotecnia Calo en 2006 ALVARO BALLESTEROS

El alcalde avanza que harán falta «muchos millones» para que la zona cero de la tragedia pueda recobrar la normalidad ya que hay casi 300 casas afectadas

30 may 2018 . Actualizado a las 19:39 h.

El recuento de los daños materiales provocados por la explosión que convirtió el centro de Paramos en un cráter de más de treinta metros de diámetro crece con el paso de los días. Limpiar la zona de la tragedia, cubierta de montañas de bloques de granito, piedras, coches y recuerdos hechos ceniza de los 702 vecinos afectados costará más de un millón de euros. Aún no hay presupuesto cerrado, pero la estimación inicial para las labores de desescombro, según indicó ayer el alcalde, Carlos Vázquez Padín, iguala el monto con el que el Concello intentará cubrir las primeras necesidades básicas de los vecinos. La cifra se refiere únicamente a la retirada de las toneladas de cascotes, restos y ruinas a los una sola explosión redujo todo el barrio de A Igrexa hace justo una semana.

«Falamos de moitos millóns para poder restablecer a normalidade», apuntó el regidor agradeciendo la implicación de la Xunta y reclamando a la vez compromisos económicos del Gobierno Central y de la Diputación de Pontevedra. Vázquez Padín recordó su postura contraria a la existencia de estos entes provinciales pero recordó que «os que a xustifican din que están para axudar ós Concellos así que este é o momento, porque estamos ante unha crise de grande envergadura», manifestó.

La corporación municipal aprobará mañana la creación de un fondo de emergencia con cargo al remanente de tesorería por valor de un millón de euros. La trabajadora social ultima las bases que regirán la concesión de estas ayudas y que también se presentará al pleno. «Haberá achegas segundo cada caso, para o enxoival, roupa ou transporte porque hai xente que perdeu ata o coche e ten que mercar outro de segunda man», explicó el regidor. La junta de portavoces reunida el lunes acordó también solicitar un informe sobre la conveniencia iniciar el expediente para requerir al Gobierno de España un real decreto específico para atender los daños ocasionados, lo que antes se denominaba «zona catastrófica».

Las cifras engordan cada día. A última hora de ayer se contabilizaban 328 expedientes abiertos por diversas incidencias con 702 personas afectadas. También se incrementa el número de viviendas que no sobrevivirán a la explosión. Han sido 31 los hogares que desaparecieron literalmente del mapa con la voladura, pero hay otros 60 con graves daños estructurales y 50 más con serios problemas de cubiertas así que es previsible que más de un centenar de familias tengan que edificar de nuevo sus casas. Son en total 290 las viviendas afectadas por la onda expansiva y tan solo 132 contaban con seguro, confirmó ayer el regidor municipal al trasladar los datos de los expedientes que se tramitan en la oficina abierta en Guillarei y en la que trabajan de forma conjunta los técnicos del Concello y del Instituto Galego de Vivenda e Solo, que también ha abierto una línea de ayudas específicas.

Una treintena de las propiedades son segundas residencias. Hay quien también ha perdido otras propiedades así que la lista se completa con 34 vehículos y 48 galpones quemados.

No se habla de fechas y mucho menos para el posible regreso a casa aunque a algunos afectados, como Marco Antonio, se le notificó ayer que no podrá volver a tener su hogar hasta dentro de dos años. «Siempre guardamos la esperanza de que pudiéramos volver a casa pero acaban de confirmarnos que las grietas son daños estructurables irreparables», indicó su mujer a la vez que se deshacía en elogios para la propietaria del hotel Cruceiro do Monte quien, el mismo miércoles abrió las puertas y la cocina de su establecimiento para todos. «No queremos palabras sino hechos, se cumple una semana y quiero poder volver a decir que voy a dormir a mi casa», lamentaba Jaime Bugallo.

El alcalde avanzó que 7 de las 19 familias que actualmente están en proceso de realojo podrán instalarse en pisos o casas de alquiler antes del fin de semana y recordó que es complicado ajustar las necesidades y la escasa oferta.