Los trabajos para desescombrar la zona afectada prosiguen mientras los vecinos afectados no pueden regresar a sus viviendas por ahora
24 may 2018 . Actualizado a las 20:34 h.Todo lo que había en cien metros a la redonda del almacén clandestino de explosivos, que explotó a primera hora de la tarde de ayer en Tui, ya no existe. Literalmente, no queda nada. En el mejor de los casos se mantiene en pie la esquina de una vivienda próxima con azulejos azules que será derruida para evitar más daños. A medida que se avanza por la zona y se abre el perímetro, más destrucción. Más vigas por el suelo, más chapas metálicas arrancadas, más casas de las que apenas se podrá aprovechar nada.
Un manto de varillas utilizadas en las bombas de palenque lo cubre todo. Saltaron por el aire con la deflagración. En el mismo epicentro de la explosión, al que accedió esta mañana La Voz, la maquinaria pesada ya despejó el camino de escombros para dejar una pequeña explanada de suelo calcinado solo transitada por las excavadoras que siguen trabajando para derribar hasta la última pared con riesgo de derrumbe. Ni los propietarios de las viviendas incluidas en el cordón de seguridad pueden regresar a sus casas por ahora.