El camello tenía el mono

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO

Luz Conde

Un albañil vendía heroína con ropa de faena mientras iba a hacer sus obras de reforma

20 abr 2018 . Actualizado a las 12:45 h.

Ponía ladrillos y, de paso, vendía papelinas vestido con el mono azul de la obra. Un albañil con una importante cartera de clientes era un camello en sus ratos libres. Su ropa de faena lo delató cuando los agentes antidroga fueron a desmantelar un punto negro de venta de drogas en la calle Pi y Margall, que atraía a muchos toxicómanos, y descubrieron que el proveedor era un obrero que hacía reformas y rehabilitaciones de viviendas. Poco después, de camino a otra obra, lo pillaron con 66 dosis de heroína.

Todo comenzó con las quejas vecinales sobre el trasiego de toxicómanos por la zona. Temían que se incrementase la inseguridad en el barrio. La Brigada de Policía Judicial del Grupo de Udev-Drogas vigiló el punto negro y descubrieron que los toxicómanos esperaban en unos sitios determinados hasta que aparecía un obrero vestido con mono de faena. Hacían un rápido intercambio y se marchaban.

Los agentes controlaron al albañil y cada vez les pareció más sospechoso. Primero, porque adoptaba diversas medidas de seguridad para cerciorarse de que nadie le seguía para hacer el pase a salvo de miradas indiscretas. Tenía un especial cuidado al contactar con sus posibles clientes y realizar los intercambios.

Los investigadores siguieron al camello y descubrieron que era un currante del andamio. La mayor parte del tiempo estaba ocupado haciendo reformas y rehabilitaciones pero sus vigilantes descubrieron que cuando el peón se trasladaba de una obra a otra para cumplir los encargos de los clientes que lo habían contratado aprovechaba para citarse por el camino con sus compradores.

Los policías dedujeron que, por lógica, el obrero tenía que llevar importantes cantidades de droga consigo siempre para poder cumplir con sus trabajos sin descansar y, a la vez, repartir papelinas.

Cuando el sospechoso pasaba cerca de la avenida de Madrid dos agentes le pararon y le pidieron la documentación. Aprovecharon para cachearlo y, tal y como habían deducido, le encontraron encima 66 dosis de heroína que llevaba ocultas, además de una importante suma de dinero y útiles para comercializar las dosis. El implicado ya tenía arrestos anteriores y fue entregado al juez de guardia.

La Policía agradeció la colaboración ciudadana y recordó que las personas que vean focos de venta de droga pueden denunciarlo anónimamente en el correo antidroga@policia.es.

Chutaderos

Hace unos días, la oenegé Os Ningués señala que el repunte de las drogas «se está produciendo» en ciertos barrios vigueses y a nivel autonómico pero ve «frívolo y alarmista» comparar la situación con los años 80 porque «el rebrote nada tiene que ver con aquella época negra». Aunque hay chutaderos habituales, el material de inyección es «antiguo». Proponen programas de integración y trabajo preventivo en los barrio y, por otro lado, pillar a los grandes narcotraficantes.