Un abogado vigués asesora a empresas que emiten criptomonedas

e. v. pita VIGO / LA VOZ

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M.MORALEJO

Constructoras, transportistas o inversoras acuñan «tokens» para agilizar sus pagos

15 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El abogado vigués Iago Otero es de los escasos expertos que ya están asesorando legalmente a una decena de empresas de Madrid o Barcelona para que adopten la mejor estrategia antes de lanzar una oferta inicial de moneda (ICO). Se trata de un proceso que consiste en emitir una criptomoneda propia que represente el capital o la deuda de la puesta en marcha de la empresa o bien el derecho a usar un producto o servicio.

El experto advierte que ahora mismo «no hay seguridad jurídica sobre este aspecto y todo depende de cómo se interprete la ley» española y europea sobre protección de datos, sociedad de capitales, directiva de blanqueo de capitales y la ley de consumidores. Una de las piezas clave de esta nueva economía digital es el token (ficha o bono), «pero falta regulación».

Calcula que en España hay un puñado de letrados que trabajan con la nueva economía virtual basada en la cadena de bloques (blockchain), los contratos inteligentes y la emisión de nuevas criptomonedas como el bitcoin, cuyo valor se disparó, o el ethereum. Las firmas que quieren comerciar con estas criptodivisas son constructoras, transportistas, firmas de coworking o sociedades de inversión, entre otras. La idea es usar su propia moneda virtual para captar inversores con los que financiar proyectos, vender acciones y servicios y repartir dividendos.

Las monedas virtuales que estas firmas quieren emitir solo funcionan dentro de sus plataformas web, sirve para que interactuar con los usuarios, pero su valor puede dispararse porque cogen fama o atraen a más inversores «y el precio sube como lo haría la reventa de entradas para un concierto donde se confirma que actuará un grupo importante». Los contratos inteligentes facilitan los micropagos y permiten que particulares participen desde su casa como accionistas en proyectos empresariales sin tener que acudir con dinero real al parqué de la bolsa.

Para entender cómo funciona la economía virtual del futuro, Iago Otero explica que todo gira alrededor del token, un medio de pago virtual que se garantiza mediante contratos inteligentes con cadenas de bloques (blockchain). En el mundo analógico, el token sería el equivalente a una moneda de juguete similar al maravedí con el que los asistentes a la Festa da Istoria en Ribadavia pagan la comida, los amaros del festival musical de PortAmérica para comprar camisetas o bebidas o los vales de puntos que dan unos grandes almacenes a sus clientes por canjes y devoluciones de compras. Incluso se dio el caso de un cliente que dividió sus horas de trabajo en tokens, siendo cada hora una unidad con la que se hacen los pagos. Iago Otero explica que tiene que aclarar a sus clientes qué tipo de token van a usar, si es para utilidades o para servicios.

El interés de las inmobiliarias por los tokens se debe a que es una forma de interactuar con los usuarios de la web para que estos participen en el alquiler de locales y oficinas y luego reciban un dividendo virtual. Otras los emiten para financiar proyectos de construcción de edificios de alquiler y hoteles y repartirse el beneficio generado.

En el transporte marítimo, tiene utilidad para seguir una mercancía a lo largo de una gran distancia y validar los pagos en cada punto. Además, con un contrato inteligente el cliente puede ordenar que el producto solo se mueva el día que la gasolina esté más barata.

Otero ha recibido más de una docena de consultas para lanzar ICO pero «algunas llaman tarde porque el sistema ya está configurado, otras no necesitan hacerlo, y para otra media docena sí elaboré informes».

Las empresas que contactan con Iago Otero le preguntan sobre los aspectos legales de cómo lanzar una ICO. «No hay seguridad jurídica, hay que distinguir si ese token es para vender acciones o productos de inversión, revender camisetas o subir vídeos. En torno a esto, hay una guerra jurídica y distintas opiniones porque no hay una resolución judicial que diga exactamente lo que es un token».