La estación para depurar las aguas residuales de Vigo se inaugura mañana

manu otero VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

El presidente Mariano Rajoy lo ha anunciado esta mañana en una visita a Pontevedra

02 abr 2018 . Actualizado a las 18:13 h.

Cinco años de obras, uno de pruebas y múltiples quebraderos de cabeza después, la estación depuradora de Vigo está lista para ser inaugurada. Así lo ha comunicado esta mañanael presidente del gobierno Mariano Rajoy durante su visita a las obras de la circunvalación de Pontevedra. Los trabajos de construcción de la nueva depuradora comenzaron en septiembre del 2012 con una inversión a tres bandas ?Gobierno (49 %), Xunta (45 %) y Concello (6 %)? de 240 millones de euros. A partir de hoy y como establece el acuerdo, la titularidad de esta infraestructura pasará a manos del gobierno vigués, que delegará en Aqualia el control de la misma.

Esta nueva depuradora construida en el mismo terreno que la anterior se edificó con el objetivo de acabar con los problemas ambientales de su predecesora, responsable de numerosos vertidos al Lagares, malos olores y protestas vecinales por su incapacidad para depurar las aguas residuales de la creciente población de Vigo desde la década de los noventa, cuando se levantó la primera EDAR. Pocos años después se diseñó una ampliación que tampoco dio el rendimiento necesario y los responsables políticos decidieron construir una depuradora nueva, cuyas obras se retrasaron hasta el 2012 por falta de acuerdo entre las administraciones.

Las estimaciones de vida útil para esta nueva estación se sitúan en el 2042 y tiene capacidad para gestionar las aguas residuales de 800.000 habitantes, prácticamente el doble de la población actual de Vigo. Sin embargo, la ejecución del proyecto no estuvo exenta de problemas, que llegaron principalmente por la implantación del emisario submarino: una tubería de 3.800 metros de longitud que expulsa las aguas residuales ya tratadas a mar abierto.

Los 776 metros de emisario que conectan la planta con la costa de Samil se instalaron sin grandes complicaciones, sin embargo la colocación del tramo submarino estuvo llena de trabas. Las obras de esta canalización comenzaron en el 2014 y en el verano del año siguiente la playa de Samil tuvo que ser desalojada y acordonada en radio de medio kilómetro para volar las rocas que impedían la prolongación de la tubería. Una vez superado el primer escollo, la obra tuvo que detenerse porque el emisario se hundía en el lodo del lecho de la ría poniendo en peligro la evacuación de las aguas tratadas en la planta. Tras un nuevo estudio por parte de los técnicos, la obra pudo reanudarse y en enero del año pasado se colocó el tramo final, de unos 440 metros de largo, dando por finalizada la fase constructiva de la planta.

Por delante quedaba todavía todo un año para la realización de pruebas y calibración de la nueva depuradora. De forma escalonada, las aguas residuales de los distintos barrios y parroquias de la ciudad fueron llegando al complejo del Lagares. Todo funcionaba como se esperaba hasta que en pleno verano, un problema eléctrico vertió decenas de litros de aguas fecales sin tratar a la desembocadura del río, en plena playa de Samil. Durante más de un día estuvo restringido el baño en una parte de Samil, así como en los arenales de Foz y A Calzoa.

Fue un incidente aislado y, si todo sale según lo previsto, el último. Pues la depuradora que mañana se inaugura en la ciudad servirá para garantizar el saneamiento de la ría de Vigo, que durante décadas tuvo que padecer olores y vertidos en sus playas.